Mi amigo halcón.
Al abrir canal de comunicación entre la persona y las piedras a veces vienen otra energías, por ejemplo de los animales, plantas, seres queridos que se han ido o simbolos. Esa comunicación es para mí muy especial. A través de esas piedras vino el mensaje de un amigo.Después de pedir permiso para abrir canal de comunicación vi a Manuel, primero como a un viejo médico. Pero casi al mismo tiempo oí su voz diciendo: “Bueno, eso ya he vivido y era aburrido, no me interesa.” Luego sentí la energía de un halcón. Lo vi volando y pensé que como tantas veces en las comunicaciones era la energía que venía a acompañar a Manuel en esa vida. Pero no fue así. Era un halcón que vivió con él en una de las vidas. Los vi a los dos. Manuel de entonces vestido en cuero, en un caballo y en su brazo izquierdo ese halcón. Eran buenos amigos, eran uno. Podía ser que fueran cazadores. Me pareció que esa “relación” remontaba otros tiempos, todavía más lejanos. Me pareció que ya eran amigos en Lemuria. Que allí empezó todo. Y siempre volvían a encontrarse como una persona y un animal. Vida tras vida se reencuentran. Y es maravilloso para los dos. Es como almas gemelas cuya vida se expresa como la de una persona y otra de un animal. Los dos se necesitan, los dos se complementan, los dos se reconocen en el corazón. Es como si en el momento del reencuentro recuerdan todo lo que ya han aprendido y vivido juntos, pues no hace falta repetirlo sino hacer siguientes pasos. Pienso que en esta vida todavía no se han encontrado pero falta poco.
Pensé, vale y las piedras que le aportaban a Manuel y me dijeron: “Nosotros despejamos el camino. Él sabe perfectamente que hace falta hacer y a donde dirigirse. Nosotros cada uno a su manera despejamos al camino.”
Le ayudarán a encontrar a su halcón. Seguro!
Al abrir canal de comunicación entre la persona y las piedras a veces vienen otra energías, por ejemplo de los animales, plantas, seres queridos que se han ido o simbolos. Esa comunicación es para mí muy especial. A través de esas piedras vino el mensaje de un amigo.Después de pedir permiso para abrir canal de comunicación vi a Manuel, primero como a un viejo médico. Pero casi al mismo tiempo oí su voz diciendo: “Bueno, eso ya he vivido y era aburrido, no me interesa.” Luego sentí la energía de un halcón. Lo vi volando y pensé que como tantas veces en las comunicaciones era la energía que venía a acompañar a Manuel en esa vida. Pero no fue así. Era un halcón que vivió con él en una de las vidas. Los vi a los dos. Manuel de entonces vestido en cuero, en un caballo y en su brazo izquierdo ese halcón. Eran buenos amigos, eran uno. Podía ser que fueran cazadores. Me pareció que esa “relación” remontaba otros tiempos, todavía más lejanos. Me pareció que ya eran amigos en Lemuria. Que allí empezó todo. Y siempre volvían a encontrarse como una persona y un animal. Vida tras vida se reencuentran. Y es maravilloso para los dos. Es como almas gemelas cuya vida se expresa como la de una persona y otra de un animal. Los dos se necesitan, los dos se complementan, los dos se reconocen en el corazón. Es como si en el momento del reencuentro recuerdan todo lo que ya han aprendido y vivido juntos, pues no hace falta repetirlo sino hacer siguientes pasos. Pienso que en esta vida todavía no se han encontrado pero falta poco.
Pensé, vale y las piedras que le aportaban a Manuel y me dijeron: “Nosotros despejamos el camino. Él sabe perfectamente que hace falta hacer y a donde dirigirse. Nosotros cada uno a su manera despejamos al camino.”
Le ayudarán a encontrar a su halcón. Seguro!