Hace tres años se fue mi madre. Todo lo mágico posible. Murió tal como quería y en el cementerio gris, lleno de nieve que se deshacía, de repente por encima de nuestras cabezas voló un cisne. Algo que incluso hoy me emociona. Como si su alma volara en encuentro de mi padre que la esperaba. Este colgante le dedico a ella. Porque me trasmitió tanto calor y constancia como el Coral y al mismo tiempo tanta tranquilidad y ternura como la Turquesa. Buen camino Madre.