La Muerte

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Después de pedir permiso abrir el canal de comunicación vi a J. como a un hombre muy mayor. Estaba andando apoyándose en el bastón, su pelo era completamente blanco, y el cuerpo estaba un poquito curvado como si el pesara el tiempo vivido. Se acercó hacia un gran roble. Se sentó debajo de sus majestuosas ramas. El árbol era tan grande que J. no veía el cielo solo el verdoso follaje que bailaba con el suave viento haciendo juegos de luces y sombras con los  amarillos rayos del sol. Cerró los ojos y sintió la suave caricia del viento. Oyó el susurro del aire. Cuando abrió los ojos se dio cuenta que estaba rodeado por un torbellino de hojas. Tanto el árbol como las hojas sostenían la energía de Amonita. Las hojas creaban una espiral evocando la energía del caracol fosilizado. Cada una de ellas llevaba una imagen como si fueran las fotos del álbum. J. las veía como si toda su vida le estuviera pasando delante de sus ojos. Sintiendo la energía del mineral preguntó: “¿Este es el final?” Oyó la voz de su piedra: “¿En qué contexto? Es una pregunta que no esperaba de ti.” J. resopló diciendo: “Bueno, soy un ser humano. La muerte es algo que nos suele importar.” Amonita preguntó: “¿Tienes miedo de la muerte?” El hombre respondió como si no quisiera darle mucha importancia: “Es algo que tendré que afrontar tarde o temprano. Lo tengo asumido. Da un poco igual si le tengo miedo. Eso no cambia nada.” El minera continuó: “Yo creo que sí. La cuestión no es qué sino cómo. Para ti debería ser fácil entender la Muerte. Es el momento cuando finalizas un proyecto. Llega su final y a veces puedes estar preocupado porque nunca sabes si habrá nuevo pedido si te van a llamar. Pero en este juego el pedido haces tú mismo, te llamas a ti mismo para comenzar de nuevo. Pues, puedes empezar tantas veces que a ti te apetezca y crear escenarios que te gusten. Tú decides. No existen las limitaciones.” J. miraba las hojas que de forma muy mágica se mantenían en el aire dando lentamente las vueltas.

Sintió la energía del Jade que se manifestó como una esfera verdosa bastante grande que apareció en sus manos. Tenía el color del Jade pero estaba más traslúcida. Oyó la dulce voz de su mineral: “Esa es la Eternidad. La represento para que lleves contigo el recordatorio que eres el ser eterno. Tu esencia real existía, existe y va a existir. Siempre.” A J. le costaba sentirlo. La idea entendía perfectamente como una de las teorías filosóficas. Pero era algo que nutría su mente pero no alimentaba el corazón. Eso que una piedrecita le decía que era la portadora de la Eternidad le parecía bonito pero al mismo tiempo era solo un concepto. Miró otra vez la esfera muy intensamente y divisó la luz dentro. La luz que le cautivaba, le llamaba como una promesa. Su corazón se abría ensanchándose, abrazando esa luz. J. sentó mucha ilusión como si fuera un niño el día de Reyes Mago. Y realmente su cuerpo estaba cambiando. Recorría los pasos hacia la infancia. Las hojas que le rodeaban empezaron a moverse más rápidamente. En un momento dado tuvo el impulso de llevar la esfera hacia el corazón y con ese humilde gesto se hizo uno con ella. Acto seguido sintió la Eternidad más allá de su cuerpo y al mismo tiempo dentro de su cuerpo. Cogió el aire y abrió sus abrazos. Su cuerpo se convirtió en hojas que se unieron al torbellino verdoso. 

Dieron unas vueltas más y poco a poco muy lentamente cayeron al suelo.

El mar rosa

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Después de pedir permiso para abrir el canal de comunicación vi una imagen bien curiosa. Era el cuerpo de Á. lleno de la energía liquida del Cuarzo Rosa. Estaba como una bolsa de plástico, sin forma ninguna, como si no tuviera los huesos. Pregunté al mineral qué estaba pasando. Respondió que nada, que Á. pedía que la rellenara del amor y él lo estaba haciendo. Lo que pasaba era que Á. no incluía el amor propio que le habría dado la solidez. Su Cuarzo Rosa la conocía muy bien y aceptaba todos los deseos profundos de su ser sin juzgar, ni insistir. Pensé que algo no iba bien por eso pedí asistencia de los ángeles. Apareció uno con preciosas alas rosas. Miró toda la escena. Sacó un cuaderno y un lápiz y preguntó con voz firme: “¿Á? y añadió sus apellidos. Su voz era dulce pero el tono era contundente como si se tratara de algún interrogatorio. Por eso de manera mágica Á. recobró la forma. Se puso de pie intentando mantener la compostura. Parecía asustada. El ángel siguió: “¿Dónde ha perdido usted el amor propio?” Á. no sabía que responder. No entendía bien lo que pasaba. Preguntó si había hecho algo mal. El ángel la miró. Se acercó a ella. La abrazó con sus grandes alas rosadas creando un espacio sagrado y susurró a su oído: “El amor nunca es malo pero tiene que salir desde dentro. Dentro de ti escondes zonas que han sido heridas y todavía no han cicatrizado. Pero no las quieres ver. No eres ni primera ni la última. Las personas suelen tapar el dolor. Algunos lo hacen con las adicciones, otros con la rabia y violencia. Y tú lo haces con el amor desbordado. El amor es tu herramienta de supervivencia.” La imagen cambió. Vi a Á. en un barco de remos en el mar embravecido. El mar era de color rosa. Las gigantescas olas del color del Cuarzo Rosa casi no le permitían avanzar. El cielo y la barca también eran de color rosa. Aunque grandes olas no paraban de golpear su barca Á. consiguió llegar a una isla. Obviamente también era de color rosa. Entre las palmeras rosas en la arena rosa estaba un baúl. La mujer oyó la voz del ángel: “Allí dentro escondes a toda costa todo lo que te dolió. Todo lo que no puedes o no sabes amar dentro de ti. Te proteges con las oleadas de amor pero como salen de esta isla que esconde tu dolor, se desbordan y finalmente te quitan tus contornos. Inundan en lugar de nutrir y dar vida. ¡Conecta con tu Cuarzo Rosa y pídele que te ayude a sanarte por dentro y perdonarte a ti misma!” Á. observó el baúl. Puso las manos encima de él. Sintió como el mar se aquietaba y el viento cesaba. Percibió como sus manos se llenaron con la energía del Cuarzo Rosa. Oyó la voz de su mineral en su interior: “Soy la energía cristalina que fluye sin detenerse pero al mismo tiempo sé cristalizar y dar forma a todo que relleno. Estás llena de amor pero aun no conoces su verdadero potencial. Puedes abrir el baúl y sacar cualquier recuerdo doloroso tuyo. ¡Imagínalo entre tus manos. Envía mi energía hacia ese recuerdo y yo lo convertiré en precioso cristal rosa! Es más fácil de lo que parece. ¡Solo envía conscientemente mi energía! ¡Mantén la intención de querer reconocer y soltar lo que te ha hecho daño!. Yo haré el resto.” Á. levantó la vista y contempló el rosado paisaje de la isla. Sentía que no era el momento de abrir al baúl pero tenía muchas ganas de descansar y de disfrutar del calma de su mar rosa. Se estiró en la playa escuchando el susurro de las olas. En se acto tan simple de abrirse a sus necesidades descubrió el amor propio. Sonrió. Cerró los ojos y simplemente se echó una siesta.

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Magia

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Después de pedir permiso para abrir el canal de comunicación vi a M.  cuidando flores en un jardín. Todo estaba precioso y lleno de colores. Con mucho cuidado estaba cortando ramas de un rosal para que salieran más flores. Sentí que M. trataba con esmero y dedicación no solamente su precioso jardín. Me pareció que con el mismo cuidado y cariño intentaba relacionarse con la gente, tanto con sus amigos como con los desconocidos. Se sentó en un banco para descansar y cerró los ojos para poder percibir mejor la paz que gobernaba en el jardín. La paz creada por ella misma. Se activó la energía del Cuarzo Verde. Como por arte de magia empecé a ver las hadas que rodeaban a M. Ella seguía con los ojos cerrados por eso no pudo verlas. Cuarzo Verde susurró a su oído: “Creas mucha magia alrededor de ti. Pero parece que no siempre la percibes tú misma.” La energía del Cuarzo se colocó en el corazón de M. La imagen cambió. Me pareció ver el espacio sagrado de su corazón y allí un precioso castillo de color verde. Ella como la reina abría las puertas para que pudieran entrar los elementales que venían a verla. M. dijo: “No estoy segura si eso me gusta. Creo que soy demasiado mayorcita para creer en los cuentos de Hadas.” Cuarzo Verde le respondió: “La magia no tiene edad. Se la siente en el corazón y tú tienes el corazón lleno de magia. Lo que quiero mostrarte es otro aspecto de lo que haces. Actúas desde tu corazón mágico creando resultados mágicos. Te invito a que des un paso más allá y reconozcas que tú misma eres la magia.” La Mónica que estaba sentada en el banco abrió los ojos. Delante de ella estaba una preciosa mujer con el vestido de color de Sodalita. Entendí que era la energía de la piedra la que se presentaba de esa manera. En las manos tenía una diadema que en medio llevaba una Sodalita. La puso en la cabeza de M. con esas palabras: “La energía de Sodalita clarificará tu visión. Si lo deseas, podrás con la mente tranquila, ver lo que a mucha gente inquieta. Podrás ver lo que está detrás del velo. Lo que tú creas de verdad. Podrás ver la magia que reina en tu vida.”

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Pequeño Roble

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Después de pedir permiso para abrir canal de comunicación vi a N. andando por dentro de un túnel muy luminoso. Estaba hecho de amatista Súper 7. Todo estaba hecho de esa piedra. El mineral brillaba iluminando todo el espacio con su propia luz. N. iba tranquilamente observando todos los detalles. Su conexión con Súper 7 era muy profunda y natural como si ya se hubieran conocido en otras vidas. En un sitio la piedra formaba un tipo de banco y N. se sentó allí cerrando los ojos. Sentí como en su tercer ojo se activó el Portal Cristal. Acto seguido empezó a extenderse en todo su cabeza y luego bajó hacia su corazón. En ese momento percibí la energía de Súper 7. El cristal susurró: “Eres como un retoño de un gran Roble. Pequeño y frágil. Pero al mismo tiempo resguardas todo el potencial necesario para convertirse en el Rey del Bosque, precioso Roble sabio y fuerte. Siente toda la seguridad y certeza que tiene ese pequeño arbolito! No dudes que se convertirá en un majestuoso Roble! Siente como toda su familia le sostiene!” Me pareció ver  como N. se conectaba con la familia de los Robles. La energía de los Robles se impregnaba tanto en ella como en la piedra. Sentí como se creaba la preciosa unión entre N., Súper 7 y los Robles.
Luego vi a la mujer que representaba la energía de Crisocola. Dio a N. una esfera de color de la piedras trasmitiendo ese mensaje: “En el camino hacia la expresión de tu verdadero potencial puede pasar que tu cuerpo físico te mostrará donde tienes guardadas las resistencias y las memorias que no te dejan avanzar. Si pasa eso visualiza la esfera de la Crisocola líquida y ponla en lugar donde sientes molestias. Ese acto representará tu agradecimiento y reconocimiento a tu propio cuerpo. Será un acto de amor que al mismo tiempo te devuelve a ti misma el verdadero poder de sanación. Lleva luego la esfera a tu corazón sintiendo como ya no hace falta que tu cuerpo te muestre lo que en pasado no podías ver. Ahora lo reconoces y lo envuelves en amor. Después imagina como la esfera se aleja de ti, como sueltas y sanas todo lo que ha causado tus molestias. Yo lo llevaré a la Madre Tierra para que lo pueda transmutar.”
La energía de Cuarzo Ahumado se convirtió en una capa larga con capucha. Me pareció que alguien la había puesto en los hombros de N. y de esa manera ella empezó a ver a muchas mujeres que la rodeaban. Una de ellas se acercó y dijo: “Ven con nosotras, hermana. Te estábamos esperando. Somos la Hermandad de la Rosa. El tiempo ha llegado.”

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Pescador

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Después de pedir permiso para abrir canal de comunicación vi a M. sentado en la orilla de un lago con la caña en la mano pescando. La imagen era muy compleja porque me parecía ver que tenía varios fractales. Por ejemplo M. dentro de la piedra Jaspe Océano pescando las esferas blancas, M. en uno de los brazos de una galaxia pescando las estrellas o M. pescando la sabiduría… Como si, miraras como miraras, fuera un pescador. M. levantó la cabeza. Ya hacía de noche. En el cielo oscuro contempló tiempos pasados. Vio brillar el Árbol de Sabiduría de Lemuria por encima de su cabeza. Suspiró a sus adentros: “Lo echo de menos.” Oí la voz: “No lo hagas! ¡No has perdido nada! Ese Árbol forma parte de ti para siempre.” Fue la energía del Jaspe Océano que en forma de hombre se sentó al lado de M. El agua del lago reflejaba muchas estrellas. La piedra preguntó simplemente: “Para qué estás pescando?” La respuesta fue: “Para alimentarme.”  La piedra siguió preguntando: “Pues, lo que pescas deja de existir?” Manel respondió: “Sí, eso lo llamo desapego.” Jaspe Océano continuó muy serio: “Tuviste que dejar ir muchas cosas en muchas vidas. Fue un gran aprendizaje para ti. Lo integraste de maravilla. Pero la vida es de lo mismo perenne como caduca. De la misma manera todo muere como es inmortal. En el eterno ciclo de la vida todo renace.” Sentí la energía de Ágata Musgo que abrazando con suavidad a Manel, le susurró a la oreja: “Ahora toca integrar la eternidad. Que nada se va nunca. Y lo puedes hacer sintiendo la vida debajo de tus pies. Esa vida frágil, que parece que su único destino es morir y transformarse, al mismo tiempo nos enseña que nada nunca muere. ¡Deja tu caña! Deja de pescar, y simplemente vive la vida.” Me pareció ver como los peces en el lago se convertían en piedras y minerales. M. dejó de lado la caña. Sus manos se llenaron de esos tesoros. Y él con toda la sabiduría que fluía en sus venas, con mucha habilidad empezó a crear varias herramientas. Para él y para los otros.

La guerrera

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Después de pedir permiso para abrir canal de comunicación me pareció ver a Laura en otra vida. Parecía una guerrera elfa aunque creo que no era exactamente elfa. Pero humana tampoco. Estaba muy herida cabalgando en un caballo. No aguantó mucho. Se cayó. Su caballo se sentó a su lado. Sabia que se estaba muriendo. Laura de aquel entonces lloró. Estaba sola, sabia que no había podido cumplir su propósito y que de la muerte la separaba un instante. La invadió una gran tristeza y junto con ella llagó la muerte. Las situaciones de la vida de ahora en los que se siente fracasada, sola, triste o donde le parece haber fallado la conectan con esa vida y la hunden más de lo que parecen. Pero al mismo tiempo tiene el espíritu de una guerrera por eso no se rinde nunca.
Se activó la energía de la concha que empezó poco a poco limpiar o mejor dicho desenganchar esa memoria antigua de Laura. No le toca revivir las heridas. La energía de la Concha con mucha dulzura y suavidad acogió el cuerpo de la guerrera muerta. Lo abrazó para rendirle un homenaje que merecía y elevarlo hacia la luz. Era un proceso muy conmovedor.
Luego me pareció ver a Laura de ahora estaba hablando con Piedra Luna que le dijo: “Laura, no puedes satisfacer las necesidades de otros. La guerrera que pone por encima de su bien las necesidades de otros termina , herida y no lleva a cabo lo que pretende. Te abrazo para que puedas encontrar un espacio de encuentro contigo misma. Date tiempo de pensar que necesitas y cumple primero tus necesidades. Vas a ver como esto cambiará todo. El respeto que te muestres a ti misma volverá a ti y transformará tus relaciones.” La energía de Piedra Luna creó un tipo de manta que llenó a Laura de la seguridad y paz.
Luego la Sodalita se colocó en su tercer ojo. Sodalita empezó a calmar su mente. Dijo: “Laura, te exiges demasiado y eso desgasta tu sistema nervioso. Si me permites, calmaré tus pensamientos. Tienes que reducir la velocidad. Ir más poco a poco. No te preocupes, en lugar de llagar tarde llagarás más lejos. Es cuestión de cambiar el enfoque.”
Laura es una guerrera. Su batalla más importante es encontrar dentro de ella misma un espacio de respeto y amor propio, desvinculando las viejas memorias de fracaso, atendiendo sus necesidades y calmando su mente acelerada. Hora es la tiempo de superar ese reto.
A por ello guerrera!
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Vida Interior

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Pienso que es la primera vez que los minerales tan claramente representaron las necesidades del cuerpo físico, cuerpo mental y emocional. A ver que os parece…
Después de pedir permiso para abrir canal de comunicación me pareció ver a Nina, como a una corredora de esquí a punto de empezar la competición. Estaba muy concentrada esperando la señal para empezar. Lo curioso era que a su alrededor estaban sus órganos, hígado, corazón, pulmones… Como en los dibujos animados, tenían pies y manos y no paraban a pedir a Nina que no compitiera. Parecía que Nina no los oía. Centraba toda la atención en lo que pasaba en la pista y ninguna a las suplicas de sus órganos. Apareció la energía de Calcita que percibí como a un hombre. Los órganos se alegraron mucho mirando como Calcita intentaba llamar la atención de Nina. Se puso delante de ella quitándole las gafas especiales que llevaba. Pero ni siquiera eso funcionó. Finalmente apareció también la energía de Amatista. Junto con Calcita cogieron una cuerda, la pusieron detrás de Nina. De repente estiraron la cuerda haciéndola caer. Eso sí que la despertó. Abrió los ojos y se dio cuenta que estaba en un prado llano de flores. La rodeaban sus órganos y la energía de Calcita y Amatista. Parpadeó mirando a su alrededor y murmuró desconcertada: “Pero eso no es real”. Amatista suspiró: “Bueno, aquí podríamos empezar a discutir que de verdad es real y que no. según la filosofía..” Pero no pudo terminar que era la “realidad” según la filosofía porque Calcita dijo enfadada: “ Podrías dejar a parte tus royos filosóficos, por favor. Aquí estamos hablando de la vida interior de Nina. Y si digo interior me refiero concretamente y literalmente a sus órganos físicos.” El ambiente se tensó muchísimo. Los órganos parecían desesperados. Presentían un conflicto que no favorecía a nadie. En ese momento pareció la energía de Cornalina. La sentí muy femenina, muy diferente que la energía de Calcita y Amatista que las veía como a dos hombres. Cornalina primero calmó a las dos piedras y luego sugirió una cosa. Dijo: “ No es posible que lleguéis a un acuerdo en este momento. Hay un desentendimiento entre lo físico y lo mental dentro de Nina. Pero la raíz de ese desentendimiento es emocional. Dejadme primero limpiar su segundo chacra, y luego veremos qué tal.”. Me pareció ver que su energía naranja llenó la barriga de Nina. Como si limpiaba algunas memorias que la obligaban a competir desatendiendo al mismo tiempo a su cuerpo. Eran unos humos oscuros, como si fueran algunas palabras que Nina había oído en algún momento. Cuando acabó a Nina la invadieron ganas de llorar. Al mismo tiempo empezó una apertura que hacia Amatista para que le llegara la sabiduría de su Yo Superior abriendo y ajustando chacra corona y tercer ojo. Luego Calcedonia empezó el proceso de ir hacia a tras de los tiempos para encontrar el momento cuando el cuerpo de Nina se sentía integrado. Los órganos poco a poco se introducían de vuelta a sus lugares. Cuando terminó ese proceso se unificaron las energías de Calcedonia, Amatista y Cornalina en perfecto equilibrio. Lo físico, lo mental y lo emocional encontró su espacio dentro que ser de Nina.
Pienso que el trabajo de ese colgante necesita su tiempo para cumplirse. Primero ayudará a Nina encontrar la valentía para afrontar las memorias ocultas que no le dejan ver su propio cuerpo. Luego le mostrará su propia sabiduría para poder reencontrarse consigo misma Aquí y Ahora .
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Lazos

Liberarnos de los lazos que nos unen con nuestros ancestros no siempre es fácil. Pero dar la libertada a los seres queridos siempre trae muchos regalos.
Después de pedir permiso para abrir canal de comunicación me pareció ver una imagen de la mesa muy alargada llena de comensales. La chica a la hacia la comunicación estaba sentada al final de una de las filas. El ambiente era muy animado, todos comían a gusto, reían. Tenía la sensación que era un encuentro familiar. La mesa era muy curiosa porque era muy, muy larga. Parecía un río. La chica, llamémosla Cristina, como estaba al final, ni podía ver quien estaba sentado a la otra terminación de la mesa. Sentía que le gustaría participar en la conversación y por eso se sentó en la parte estrecha, como alguien quien encabeza una reunión. De repente todas las conversaciones cesaron. La mujer que estaba a su lado derecho la miró y preguntó: “De verdad lo quieres?” Pienso que se refería a ese cambio de lugar. Cristina en ese momento ya no era la última, que además tenía a alguien solo de un lado porque del otro ya no había nadie. Su papel había cambiado de forma radical. En ese momento sí que podía ver toda la mesa. Y con toda la seguridad, en ese silencio repentino, respondió a la pregunta de la mujer: “Sí, quiero”. De repente Cristina subió encima de la mesa y empezó a caminar, entre toda la comida, mirando de un lado al otro, reconociendo los miembros de su familia – los abuelos, tías, tíos, etcétera… todos miraban a Cristina, apoyándola, sosteniendo ese caminar encima de la mesa hacia sus orígenes, contentos. Pero en algún momento Cristina estaba ya tan lejos que dejó de reconocer a las personas. Avanzó un poco más y finalmente decidió no ir más adelante. En ese momento dijo: Bueno, he llegado hasta aquí! Dio la vuelta para volver. Y entonteces pasó un desastre. La mesa se inclinó. Cristina cayó y empezó a deslizarse junto con toda esa comida y platos llenos de comida. Se asustó mucho porque no encontraba nada para agarrarse. Era un momento dramático pero al mismo tiempo precioso porque todos sus ancestros le ayudaron. Los de abajo prestaron sus espaldas como apoyo y los de arriba estiraron los brazos para cogerla y ayudar a subir. Era un trabajo de todos sus familiares de todas líneas del tiempo. Y no fue nada fácil. Cuando finalmente Cristina logró volver al final de la mesa estaba agotada. En perfecto silencio lo miembros de su familia empezaron a levantarse. Se acercaban uno a uno a Cristina y le dejaban unos regalos que brillaban mucho. Y se iban hacia la luz. La mesa de repente se hizo vacía. La imagen cambió. Vi a Cristina en su casa de ahora. Tenía la sensación rara. Como una vocecita que en su interior tenía dudas si hubiera hecho bien emprendiendo ese camino encima de la mesa .Es ese momento se sintió muy sola. Pero poco a poco se dio cuenta de que esos regalos luminosos de sus ancestros estaban con ella. Su mascota, una amistad especial, una actitud característica suya, etcétera… Reconoció toda su familia dentro de ella y su mundo aunque acaba de ayudaros a ir a la luz. Cristina miró por la ventana y se sintió, llena y feliz.

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Pegamento de Amatista

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Piedras que hablan y sanan, Tesoros de la Tierra, mensajes de los minerales

Me pareció muy duro el mensaje de esa Amatista. Supongo que simplemente es el momento de mi vida cuando más me siento rota y fragmentada aunque tengo una amiga que dice que me ve más entera que nunca. A ver que os dice a vosotros. A por el pegamento de Amatista!!!!!
Después de pedir permiso para abrir canal de comunicación, vi a Beatriz sentada enfrente de un tocador. Alrededor de ella había muchas hadas cuidándola. No estaban en una casa sino en un exuberante bosque. Pero la imagen tenia colores fosforecidos, muy subidos, irreales. No era nada agradable. Beatriz miraba el espejo de Amatista y el reflejo era todo lo contrario. Ella, en el vestido austero, negro, en una habitación gris. Me pareció sentir a Beatriz diciendo: “Nada de eso es real.” Como en respuesta sentí la voz de Amatista: “A que sí que no es real. Ni que sientes de ti misma, ni que muestras fuera. Pero no te juzgues! Estás tan fragmentada que no es posible que te veas a ti misma.”. Me pareció ver a Beatriz como a un vaso roto. Quizás sea incluso Santo Grial, pero que más daba que fuera Santo Grial cuando estaba en mil pedazos. No se podía beber de él.” Amatista continuó: “Tu alma está fragmentada, tu corazón está roto. Lo que consigues ver te di misma son solo los trocitos. A veces quieres sacar conclusiones sobre quien eres solo mirando un trozo tuyo. Lo mismo hace la gente. Pero ni tú ni otros no pueden ni imaginar tu grandeza. Tienes que poco a poco volver a ti! Empieza por tu cuerpo! Toca tu cuerpo! Dale los contornos! Sé amable con él. Dedícale tu tiempo y cariño porque es tu salvación. Tu cuerpo contiene todos los trocitos de tu ser. Céntrate en tu cuerpo y poco a poco podrás conseguir pegar trozos de tu Santo Grial. Yo, tu Amatista, no soy un espejo. Soy tu pegamento! Cógeme diciendo” Te doy gracias por ayudarme a encontrarme entera, Aquí y Ahora. Siente como mi energía te llena pero no para que te expandas sino para que puedas sentirte entera.”

Colibrí de Amatista

Esta comunicación habla de los recuerdos y de estar presente Aquí y Ahora. Os apetece leerla?
Después de pedir permiso para abrir canal de comunicación me pareció ver una jungla con sus exuberantes plantas pero todo era de color violeta de Amatista. Sentí que eran los recuerdos de M. relacionados con el pasado. Pensé o mejor dicho lo pregunté a Amatista: “Pero eso no es real. Por qué todo tiñes de color violeta.” Y Amatista respondió:” De verdad, ningún recuerdo no es real. Cuando pasa el tiempo los contornos se borran y llenamos todo de nostalgia u otros sentimientos que nos alejan de lo real que vivimos. Para M. es necesario conectar y no olvidar toda esa parte de su vida. Tiene que recordarlo de manera que le haga posible integrarlo a si vida de ahora. Mi energía hace posible que la sabiduría que emana de los recuerdos de M. pueda adaptarse perfectamente a su presente. Lo necesita. Solo así podrá mostrar quien es de verdad, su verdadero potencial.” En ese momento vi a M. llenándose del precioso color violeta. De esas plantas violetas. Sentí los caminos recorridos por ella que creaban paisajes violetos. Todo entraba en su cuerpo de una manera muy armoniosa, y suave. Su cuerpo empezó a transformarse. La vi como a un colibrí violeta. Era muy grande, del tamaño de una persona. Era maravilloso.
En ese momento sentí la energía del Jade. Dijo: “El colibrí es precio y muy mágico. Pero al mismo tiempo es muy vulnerable. Sobre todo tiene que alimentarse bien. Y lo que le alimenta a M. -colibrí es “su vida ahora”. Todo lo que la rodea. Es necesario que aprenda a nutrirse conscientemente de la magia del presente. Se activó la energía del Jade recogiendo a la energía de la Amatista que brillaba desde el interior de M. Y empezó la magia. Vi a M. creando el precioso jardín en el lugar donde trabaja. Sus pasos, sus gestos creaban vida. Luego la vi cerrando la puerta e irse a casa. Con cada paso, desde debajo de sus pies salían flores, y plantas. Era maravilloso. Y cuando la perdí de vista seguían visibles sus huellas llenas de plantas preciosas.
Al final vino la energía de una diosa. Yo no la reconocí. Bendijo al colgante pero era como si de verdad bendecía a M. Porque M. ya se había convirtió en el mágico colibrí violeta bien anclado en la tierra y presente, haciendo magia gracias a su sabiduría ancestral y a la conexión con lo que la rodea Aquí y Ahora.

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