Hija de las Sílfides


Muchas veces no entendemos que elemento es nuestro primordial y eso no lleva a algunos desequilibrios. Leer esa comunicación para entender los retos de los hijos de los Sílfides .
Después de pedir permiso para abrir canal de comunicación me pareció ver a D. llevando encina una esfera gigante de Granate. D. estaba agachada, casi sin poder caminar a causa del peso que tenía que soportar. Ese Granate me pareció enorme y le pedí que reajustara su energía. La primera reacción de D. fue como si ella también lo deseara pero acto seguido dijo: “No lo hagas, yo puedo con ese peso.” Sentí Granate que le preguntó: “Pues, que quieres que haga?”. D. se sentó y mirando la súper esfera de Granate y respondió: “Bueno, no sé, pero que sepas que yo puedo llevarte así.” Me pereció sentir el resoplo de Granate: “Ya… lo veo como lo puedes”. D. se enfadó un poco: “Qué quiere decir ese tono irónico?… Por supuesto que puedo! Tu eres Tierra y a mí me encanta la Tierra.” Granate volvió a resoplar: “Claro, claro…” D. parecía desquiciada. Dijo: “De verdad no te entiendo! Hago muchas cosas para la tierra y para los seres que la habitan.” Granate le respondió con mucho cariño: “Eres puro Aire. Eres hija de las Sílfides. La Tierra por ahora no es tu elemento. Siembras muchas semillas, y las dispersas por el mundo. Eso es preciosa y muy valiosa labor para todos. Pero tus semillas no llegan a la tierra. No dan frutos. Están volando en el aire. Y eso te agota y un poco decepciona. No entiendes que para que den frutos, tú tienes que aterrizar. Y en la Tierra tus semillas crecerán. Toca “ser tierra”, hija de las Sílfides. Por eso has encarnado”. La energía de la esfera de Granate se expandió envolviendo a D. con su preciosa luz del rojo oscuro. D. suspiró reconociendo la verdad de las palabras de Granate en su interior. Sintió su cálido abrazo que la llenaba. Por un lado sintió el peso necesario para estar bien anclada en la Tierra y por otro la sensación de la pasión por la vida. Miró arriba como si buscara su elemento aire. Granate continuó: Tú siempre serás aire. No lo puedes perder! Te pertenece. Es tu elemento primordial. Pero ahora toca equilibrarlo y además, toca que tus semillas empiecen a crecer. Y para eso necesitas tierra.” En ese momento sentí también la energía de Cuarzo Verde. Apareció en forma de una varita en la mano de D. Le dijo: “Yo te enseñaré activar la vida. Cuando integres la tierra en ti, tus semillas estarán como en el útero de la madre. Y entonces yo te ensenaré que hacer para que “nazcan”, crezcan y den frutos. Verás, como entonces, tu vida cobrará otro sentido. Todo estará a tu alcance. Serás creadora de la vida. De verdad ya lo eres. Solo te toca, integrar la tierra en tu vida.”

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