Imperfecciones

Después de pedir permiso para abrir el canal de comunicación vi a N. en el cuarto de baño. Se estaba maquillando. Parecía muy contenta como si ese día era muy espacial. Sabía que al salir del baño empezaría la aventura. Con toda la emoción que corría por sus venas se dio cuenta que necesitaba que todo saliera prefecto. En ese momento sentí la energía del Ojo de Tigre. Lo percibí como a un hombre que suspiró: “Ya empezamos.” En primer momento no entendí a qué se refería pero luego me di cuenta de que N. ya no estaba tan contenta. Seguía con su maquillaje pero ya no estaba presente. Ya su mente estaba ocupada en pensar que podría fallar en su plan perfecto de ese día. Oí la pregunta silenciosa: “Qué hacemos?” Vi a unos duendes de fuego. Eran una mezcla de duende y hada pero pertenecían al elemento fuego no la tierra. El hombre Ojo de Tigre estaba detrás de N. Desde la sombra de ella, de vez en cuando sobresalían unos hombrecitos negros. Eran los pensamientos creados por la necesidad de que todo fuera perfecto. Esos hombrecitos solo quitaban la alegría a N.. Cuando alguno sacaba la cabeza, lo mostraba con el dedo Ojo de Tigre y entonces un duendecito del fuego se lanzaba a gran velocidad, como un rayo y lo quemaba. Cuando ese proceso terminó el hombre Ojo de Tigre puso la mano en el hombro de N. Ella lo miró y se sentó en la bañera y él en el váter. Sentía una profunda intimidad que se creó entre ellos. Ojo de Tigre le dijo a N.: “Lo que te frena, es la necesidad de ser perfecta. Bueno, quizás no sea esa necesidad sino sus consecuencias. Cuando algo no sale perfecto, te estresas y entonces dejas de sentir la alegría de emprender nuevos caminos y de disfrutar. Y eso hace que las cosas no funcionan. Disfruta de tus errores! Ríete de las meteduras de pata y cuando tropiezas! Verás como eso que consideras imperfecto creará los perfectos nuevos caminos en tu vida. Te doy la solides de la Tierra, una seguridad que estás sostenida con amor. Y te doy la fuerza del fuego para trasmutar los obstáculos dentro de ti. ”
Sentí la energía de Amatista. Creó una túnica con capucha alrededor de N. Sentí la pasión que recorrió su cuerpo. Era la energía Kundalini. La energía vital y creadora que había llenado su cuerpo. N. miró al espejo. Deshizo su peinado, dejó el pelo suelto e hizo una mueca traviesa a sí misma. El mensaje de Amatista fue ese:” La energía sexual se utilizó mal durante mucho tiempo. Sirvió para manipular a otros seres. Sirvió para encontrar poder o humillar a otros. Pero de verdad es la energía pura de la vida, del disfrute, de la alegría. Disfruta de la pasión que arde en tu propio cuerpo y encontrarás la pasión en todo lo que haces.”

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