Jabalí

Después de abrir canal de comunicación entre la energía de la pulsera y Aran, lo vi corriendo tranquilamente a través de los campos. A su lado corría un Jabalí. Aran estaba un poco desconcertado. El Jabalí no le molestaba pero bueno, tener un Jabalí corriendo contigo no es algo típico. A damas los dos juntos ocupaban todo el camino. Pues si encontraban a alguien de frente esa persona tenía que cederles paso. Aran sentía las miradas entre sorprendidas y enfadadas. Intentó correr más rápido para que el animal se quede detrás. Pero el Jabalí aceleró también. Pues Aran intentó correr mucho más lento, lo mismo hizo su compañero de cuatro patas. Finalmente Aran paró. Miró al Jabalí y preguntó ya un poco enfadado: “Quién eres?” Esa pregunta sorprendió al Jabalí. Dijo: “Como quién soy? Menuda pregunta! Soy tu Fuerza Interior.” Ahora Aran se quedó perplejo. “Que? Mi fuerza? Pero no puedes ser un Jabalí?” Jabalí se ofendió y con un gruñido dijo: “ Qué?!!!! Prefieres que sea una lombriz?” Pensándolo mejor, Aran tenía que reconocer que mejor tener a su lado un hermoso, fuerte y al mismo tiempo amistoso Jabalí que una lombriz. Parecía que el animal sintió que Aran empezaba a aceptarlo. De verdad comenzaba a aceptar esa parte suya tal como era. El Jabalí propuso: “Mira, los caminos no son para mí. Qué te parce si vamos al bosque?” Aran se dio cuenta de que no había bosques alrededor. Todo eran campos. Bonitos pero si árboles. Pensó que no podía ofrecer a su Jabalí lo que necesitaba. Sintió como si desilusionara a sí mismo.
En ese momento se activó la energía de la Cornalina. La imagen cambió. Aran estaba sentado. Escuchando el mensaje de la Cornalina que con su voz dulce le dijo: “ Se te ha olvidado que eres un creador. Todo lo que te rodea es creación tuya. Te has trazado muchos caminos pensando que así podrás organizar y controlar tu vida. Pero eso no es la verdad! Desgraciadamente tus caminos limitan tus posibilidades, limitan el espacio. Ni puedes moverte libremente, ni cabe sitio para otra gente. Corres, pero no compartes tu camino. Escúchate a ti mismo. Qué necesitas de verdad? Tu Fuerza Interior, la que impulsa y la que te puede guiar, te pide un cambio. Y lo puedes hacer! Conecta conmigo y poco a poco aprenderás dibujar otro paisaje. Un paisaje sin caminos pero libre y natural llenos de árboles, y de aventuras. Lo puedes hacer justo ahora!” Aran cerró los ojos. Sintió la energía de Cornalina en el corazón. Su caliente color naranja se extendía fuera de su cuerpo. Poco a poco empezó a imaginar los arboles a su alrededor. Precioso bosque lleno de vegetación. Empezó a correr entre los arbustos, helechos bajo la sombra de los arboles grandes. De reojo vio a su Jabalí. En ese momento él también corría libremente. Aparecía de vez en cuando, se acercaba para darle golpecitos amistosos y otra vez profundizaba en el bosque. Tanto Francisco como su Fuerza Interior representada por el Jabalí estaban felices. Sin caminos. Sin líneas rectas trazadas entre los campos de cultivo que marcan otros. Ahora eran libres y felices emprendiendo la aventura de la vida que resonaba con lo más profundo de su ser.
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