Rayo rojo

A veces hago las comunicaciones con los minerales que ya están con vosotros desde hace tiempo. Este es el caso. A través de la foto de su collar y su nombre y apellido conecté con Iva y sus Cornalinas. Aquí tenéis la comunicación.
Después de pedir permiso para abrir canal de comunicación vi a Irene vestida de blanco entre otras mujeres. Todas bailaban creando un círculo de luz blanca. Pensé en la Hermandad de la Rosa y el baile de cuatro elemento. Pero ese círculo era atemporal. Tenía la sensación como si Iva pertenecía a un grupo que se reunía en varias líneas del tiempo para apoyarse y brillar como las estrellas blancas. Iva se sentía parte de ese grupo moviéndose con mucha belleza, haciendo magia con naturalidad. Oí la voz que expresaba el mensaje del colgante de Cornalina. Se dirigió a Iva: “ Pones el servicio a los otros por encina de ti.” Iva dejó de bailar y bastante sorprendida dijo: “No, yo me cuido.” Cornalina siguió: “Durante muchas encarnaciones te dedicaste a expandir la luz blanca y pura. Has sanado muchas cosas y hay ayudado a mucha gente. Lo tienes tan integrado que ves ese el rayo diamantino como si fuera el tuyo. Pero, y si te digo que tu luz no es blanca sino roja?” Pregunté mentalmente si no fuera rubí pero la Cornalina lo negó, repitiendo que era la energía roja. Iva no sabía que responder. Parecía como si no entendiera de lo que hablaba Cornalina o por lo menos no lo creyera. Detrás de ella se oyó un rugido, suave pero potente. Iva dio la vuelta y vio a una leona. Para decir la verdad tenía el aspecto del león pero yo sabía que era leona. O mejor dicho, sabía que era la Sekhmet, la diosa de Antiguo Egipto con la cabeza de leona. Pero en ese momento era una leona que con su cuerpo ágil se acercó a Iva y se sentó enfrente de ella. Iva estaba muy desconcertada. La Leona le dijo: “Estás en un momento en el cual se te abren puertas a lo nuevo. Lo nuevo de verdad. Son las puertas a lo no explorado hasta ahora. Son las puertas a tu energía roja. Soy Sekhmet. Te traigo tu fuerza y tu poder. Mi rugido vibra en tu vientre, en tu útero. Soy la fuerza pura de la vida.” Iva miró sus manos. Tenía en ellas una cinta de color rojo. A su lado apareció un laberinto y al otro veía el círculo de luz que simbolizado todo ese trabajo que había hecho hasta ese momento y la hermandad de mujeres que se ha forjado vida tras vida. Sekhmet continuó: “Lo que te propongo no es fácil. Pero tampoco te pido que sea rápido. Solo te invito a que lo intentes. Mira, tienes en tus manos la cinta. Átala a lo que ya has conseguido y adéntrate en el laberinto para conocer lo nuevo. Gracias a tu cinta roja podrás volver, si en algún momento lo necesites.” Iva miraba el hilo pensando si de verdad hacía falta hacerlo. Sekhmet no decía nada respetando cualquier decisión suya.
Finalmente Iva emprendió la aventura. La vi sosteniendo la cinta roja atada al círculo de luz blanca entrando en el laberinto acompañada por la leona, la diosa Sekhmet que no permitiría que le pasase algo malo y le daría la fuerza de su rugido.
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Si deseas que vaya en busca de los minerales que resuenan con tus necesidades o te apetece conocer el mensaje de alguna piedra, escríbeme.
Personalizarle las piedras y/o hacer una comunicación puede ser también un bonito regalo para algún ser querido.

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