Después de pedir permiso para abrir canal de comunicación vi a Erica y a la energía del Cuarzo Rosa como a dos preciosas mujeres. Estaban sentadas una enfrente de la otra mirándose. Erica parecía un poco inquieta. Mantener la mirada del Cuarzo Rosa la avergonzaba un poco. La Mujer Cuarzo Rosa dijo: “ Lo que quiero compartir contigo es la serenidad. Es la calma que proviene desde el corazón llena de confianza y seguridad.” Por un lado eso parecía poco. Pero la verdad es que no era nada fácil para Erica integrar la energía de Cuarzo Rosa. Sentía que en lugar de sentir la serenidad sentía cada vez más inquietud. Pregunté al Cuarzo Rosa si la manera en la que conectaba con Erica era óptima. Su respuesta fue: “Si, siempre y cuando deje de resistirse.” Erica como si hubiera oído nuestra conversación respondió un poco irritada: “ No me resisto. Tu serenidad es lo que deseo.” Cuarzo Rosa respondió: “De verdad , no es mi serenidad, es nuestra. Pero por ahora hay dentro de ti vibraciones acumuladas que no te dejan experimentarla por completo.” Sentí como la energía del Cuarzo Rosa se colocó en el plexo solar de Erica. En ese lugar estaban acumuladas memorias que la desequilibraban. Las veía como a unos remolinos negros. La Mujer Cuarzo Rosa seguía mirando a Erica detenidamente. Finalmente susurró: “Te puedo crear una cierta incomodidad porque eres tú quien sostienes las tormentas. Las tormentas por si solas no son ni buenas ni malas. Pasan en la vida de los seres humanos. Otra cosa es no dejarlas ir. Observa la naturaleza, ninguna tempestad es infinita. Libera la energía y se deshace. A veces necesitáis la fuerza y por eso sostener la energía de la tormenta os da la ilusión de la fuerza. Pero no así. Es una ilusión. Suelta las tormentas y conseguirás encontrar tu serenidad. Y entonces serás invencible. Si me das permiso liberaré tu plexo solar de lo que te molesta y te maneja desde la inconsciencia sin que tú misma te das cuenta de eso.” Erica asintió. Me parecía que necesitaba la ayuda del Cuarzo Rosa sobre todo porque se sentía incapaz de ver sus tempestades. Era como algo disfrazado, algo que se escondía. Por eso confió en Cuarzo Rosa y se dejó llevar solo sintiendo el proceso.
Vi a la Mujer Cuarzo Rosa en un espacio de plexo solar que veía como un paisaje lleno de pequeños torbellinos negros. Sentía como la energía del mineral se hacía cada vez más fuerte. Me daba mucho respeto presenciar eso. Era una energía muy concentrada, muy contundente. Como una Diosa poderosa empezó a soplar ahuyentando todo lo denso. Cuando el paisaje se despejó dijo a Irene: “Soy la fuerza de la Serenidad. La fuerza de la Paz. Nada que se aleja de mi vibración se sostiene a mi lado. Si eliges tus tormentas no disfrutarás llevándome. Tus emociones al ponerme que sean para ti un aviso. Si no te sientes a gusto, obsérvate y pídeme ayuda para que te libre de lo que no resuena con nuestra serenidad.”
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Personalizarle las piedras y/o hacer una comunicación puede ser también un bonito regalo para algún ser querido.