Una petición

El otro día hablé con esa piedra. Es mi colgante de Súper Siete que tengo ya desde hace unos cuantos años. Pero para decir la verdad lo he puesto muy pocas veces. Por eso me sorprendí mucho cuando hace unos días al llevarlo para meditar establecí una fluida y muy interesante conversación con él. Al sujetarlo en mi mano sentí una presencia de una energía indígena, que provenía de los Andes. En varias comunicaciones vienen las energías de los guías, animales, seres de luz, a veces arboles. Siempre me fascinaba esa capacidad de los minerales de resguardar esas energías. Aprovechando la oportunidad le pregunté a esa energía que veía como a un indio cuál era su relación con la piedra. Me comentó que era como una simbiosis. Que la piedra lo aceptaba porque era necesario para su evolución y que ella también se nutria de esa situación Eso me sorprendió un poco. Siempre pensaba que el único objetivo era acompañar a la persona. No me di cuenta de que el mineral también se aprovechaba de la presencia de esa energía externa. Pensé en ese momento en las situaciones cuando el mineral llevaba una impronta energética que no le gustaba a la persona. Recuerdo tener el péndulo que no pude usar hasta conseguir limpiar la energía que estaba pegada a él. Pregunté pues, que pasaba en esas situaciones porque evidentemente era posible limpiar las piedras. La respuesta me sorprendió y me mostró mi soberbia humana y que pocas cosas son evidentes.. El amigo indígena de mi Súper Siete, mi guía que me conectaba con mi sabiduría de los Andes me dijo: “Vosotros, los humanos, no podéis limpiar las piedras! Si la piedra desea sostener una energía en concreto, no podéis hacer absolutamente nada para deshacer su vínculo con esa energía. Lo que hacéis vosotros al “limpiar las piedras”, es solo lanzar una petición. Es una petición que la piedra acepta o no la acepta si no lo quiere. Es verdad que las piedras escuchan y suelen ver el acto de lo que vosotros llamáis “limpieza” como la manera de toma de contacto con vosotros. Es algo que agradecen porque si han llegado a vuestras manos es porque os han elegido de la misma manera como el niño elige a sus padres.”

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