Megáfono

13450980_1164093610287962_7368978019041410453_n

Ya sabéis que puedo hacer comunicación con las piedras que tenéis en casa. Pues, hoy os quiero contar la comunicación que hice entre ese Granate y Margarita (nombre inventado). Hace unos días me escribió contando un suceso mágico que le pasó con esa piedra que ella interpretó erróneamente. Pues, pensó que la piedra no quería trabajar más con ella cuando era justo lo contrario.
Después de pedir permiso para abrir canal de comunicación vi a Margarita en un barco pesquero, en plena tormenta. Grandes olas azotaban el barco. Toda la tripulación estaba bajo cubierta y ella- el capitán, muy concentrada lidiaba con las adversidades. Al principio pensé que el trabajo de la piedra consistía en calmar esa tormenta pero me di cuenta que no era así. Margarita disfrutaba de ese desafío, estaba en el sitio donde debería estar. Estaba guiando a esos marineros… Me dijo a mí la piedra: “Haz algo, es que ella no lo cree…” Pensé : Vaya, que puedo hacer yo, soy solo comunicadora… El Granate me respondió: “Sí, justo eso , díselo, comunicárselo, porque ella no lo cree, haz algo…” En ese momento pensé en el megáfono. Y el megáfono apareció. Lo cogió el Granate. Lo puso a la oreja de la chica y gritó: “Margarita DESPIERTA!!!!!!” Ella casi se cayó y enfadada le dijo a su piedra:” No hace falta que me grites de esta manera”. Y el Granate respondió: “Cómo que no hace falta? Si no grito no me escuchas”. Toda esa conversación me parecía muy graciosa porque pocas veces las piedras son tan impacientes pero es verdad que Margarita le hizo esperar mucho tiempo. Cuando se abrió por fin a su ayuda, lo primero que hizo era limpiar su energía del útero, sus memorias femeninas. Le aconsejó que lo llevara más abajo posible, lo mejor en el bolsillo para que pudiera trabajar esa zona, bajo vientre. Por eso hace tiempo se había caído de esa forma tan mágica para estar más abajo y ella pensó que se quería ir.
Nos deseo a todos qué nuestras piedras no necesiten los megáfonos. Qué las escuchemos y dejemos que nos sanen tal como lo desean hacer.
Un fuerte abrazo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.