Caldero de Sabiduría

Esta humilde piedra es muy especial para la persona que ahora la tiene porque fue recogida durante un viaje kármico para conecto con una de sus vidas. Queréis saber que mensaje tiene? Aquí tenéis toda la comunicación.
Después de pedir permiso para abrir canal de comunicación vi a Ana cavando un túnel dentro de la tierra. Tenía aspecto de un antiguo minero. Una pequeña lamparita en la frente, pica en la mano. Parecía que se esforzaba mucho. A su lado percibí la energía de la piedra que la observaba detenidamente. Finalmente se acercó y preguntó a Ana que estaba buscando, unos tesoros, piedras preciosas o quería llegar el corazón de la montaña. Ana sin dejar a cavar dijo: “Quiero encontrar la veta del conocimiento.” Esa respuesta pareció no satisfacer a la piedra. Esperó un poco más y dijo: “Vale, Ana. Tengo que decirte algo. No la puedes encontrar. Es que la veta del conocimiento eres tú.” Ana dejó de hacer el agujero en la tierra y miró desconcertada a la piedra. Estaba como medio sorprendida, medio decepcionada. Pero sentía en su interior que la piedra tenía razón. Se sentó. Miró sus manos sucias y llenas de duricias hechas a causa del gran esfuerzo de cavar. Resopló aceptando la situación y susurró: “No sé. Lo imaginaba diferente.” La piedra se acercó a ella. Se sentó a su lado diciendo: “ Mira! Lo que buscas de verdad no es el conocimiento sino la sabiduría. Y no es lo mismo. El conocimiento ya tienes pero si no lo haces tuyo, si no creas tu propia alquimia para integrarlo, es vacío y de verdad no te llena de nada. Sigue siendo algo ajeno, algo de fuera, algo que buscas sin darte cuenta que ya lo tienes. Necesitas la chispa del rayo negro, el rayo revedle de la creatividad, de hacer cosas nuevas. Y yo te puedo ayudar a encontrarlo. Soy la chispa que puede encender un gran fogón. No para que quemes tu conocimiento sino para que lo trasmutes.” Me pareció que en bajo vientre de Ana se encendió un fuego, una gran hoguera. Ana sin que le explicase la piedra algo más sabía que tenía que hacer. Cogía “su conocimiento” y lo tiraba al caldero. Dentro de él todo se fundía. Parecía un oro líquido. Era su Caldero de Sabiduría. Empezó a crear de ese oro líquido varios artefactos. Algunos eran como joyas otros se parecían más a unos mágicos aparato. Ana estaba muy concentrada y feliz. No parecía a esa mujer que cavaba con mucho esfuerzo. La alegría que sentía la estimulaba, le daba impulso creativo. Cuando tenía que todo preparado, miró a la piedra. La piedra la sonrió y dijo: “Comienza la aventura.” Ana recogió todos sus artefactos sintiendo profundamente que eso fue su sabiduría, el conocimiento fundido en el fuego que su propio cuerpo para poder crear algo nuevo, algo suyo. Y ahora tocaba probarlo y vivirlo. Sonrió a la piedra y salió del oscuro túnel hacia la luz del día.
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Si deseas que vaya en busca de los minerales que resuenan con tus necesidades o te apetece conocer el mensaje de alguna piedra, escríbeme.
Personalizarle las piedras y/o hacer una comunicación puede ser también un bonito regalo para algún ser querido.

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