El poder de los Árboles

El poder de los Árboles
Para los celtas al árbol representa el perfecta evolución y sintonía con los cuarto elementos. El árbol se asienta en las entrañas de la tierra en la que crece, estando así en perpetuo contacto con la realidad de lo tangible. Mecido por el elemento aire que es el viento, calentado por el fuego del sol y debidamente regado por la fuerza de las lluvias contenedoras del elemento agua, el árbol crece, su tronco asciende a los cielos y cuando alcanza el tiempo adecuado sus ramas que para los druidas son los brazos, se expanden hacia el plano de lo espiritual, hacia el cielo. La cabeza del árbol no es su copa sino los frutos, flores o bayas que produce. Los árboles representan al ser humano a camino entre dos mundos, con los pies (raíces) siempre en la tierra, creciendo continuamente y dependiendo de los elementos y con una misión, producir los frutos que eran sus acciones, su evolución e inteligencia.
Consideraciones como las anteriores son las que nos permiten entender la preferencia por el claro de bosque como el templo ya que en su interior el druida se encontraba en una zona sagrada delimitada por seres evolucionados que eran los árboles, y manteniendo una conexión perpetua con el cielo y la tierra. En el claro el druida realizará todas las practicas mágicas importantes, se reunirá con los ancestros, y desde allí hablará con sus arboles guía.
Extraído de “Mitología celta y nórdica” de Alessandra Bartolotti
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Durante las sesiones del Reiki Celta trabajamos y nos alineamos a la energía de los árboles. Si te aparece saber sobre las sesiones de ese precioso sistema de sanación, escríbeme.

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