La Estrella Polar

La primera imagen me impactó. Vi a S. enfrente de una pared blanca. Daba golpes contra esa pared con la cabeza. Cada vez más fuerte. Cada vez más desesperada. La pared se hizo roja de su sangre. A su lado apareció la energía de Sodalita. Puso la mano en su hombro. Ella dejó de dar golpes y miró sus manos llenas de sangre que caía de su cabeza. S. quería decir que estaba muy cansada pero no dijo nada. Sodalita también guardó silencio. Se sentaron en el suelo. La energía de la piedra envolvió a S. Estaban sentadas así un buen rato como si S. necesitara mucha energía para recuperarse. Finalmente Sodalita comenzó a hablar: “Ves tu vulnerabilidad como algo que hace falta vencer. Que hace falta superar. De esta manera siempre estarás enfrente de una pared irrompible. Tu vulnerabilidad no es ni buena ni mala. Simplemente es. Como la vida no es ni buena ni mala simplemente es. Vive tu vulnerabilidad como algo natural. ¡No la juzgues! ¡No intentes entenderla! Solo vívela! Forma parte de ti. Si miras tu mano, no te haces la pregunta porque la tienes, ¿verdad? Simplemente la utilizas. Con tu vulnerabilidad pasa lo mismo. Es la fuente de quien eres. La verdad es que no existe ninguna pared. Solo eres tú.” La energía de la piedra fluía a través de todo el cuerpo de S. que de repente se dio cuenta de que estaba nadando en el universo sin limitaciones. Sin barreras. Solo era ella y millones de estrellas. Sintió en su frente una estrella. Era la energía de Piedra Luna que se colocó allí. Y desde su frente proyectaba su luz al universo. S. vio que estaba caminando, por la noche bajo el cielo estrellado. Enfrente de ella brillaba la Estrella Polar. S. oyó la voz del mineral: “Te doy el norte. Te mostraré el camino. Pero lo que tienes que entender que de verdad no soy yo quien te muestra el camino sino eres tú misma. Te puedes guiar a ti misma si te permites entender que eres una estrella que brilla.” S. seguía la luz de la Estrella Polar recuperando la calma y tranquilidad. El aire era fresco y ella con cada paso disfrutaba más. Su mente poco a poco se calmó y ese dolor que sentía de difuminó. De repente vio un ser que se acercaba volando. Supe que era la energía que se manifestaba a través del Cuarzo. Era el Dragón Blanco. Aterrizó al lado de S. Ella al verlo se emocionó y otra vez sintió el dolor. Empezó a llorar disculpándose por haber fracasado. El Dragón Blanco meneó la caza y dijo: “No entiendo porque te castigas tanto. Es muy humano, muchos lo hacéis. Pero no tiene sentido. Todo lo que has hecho era perfecto. Todas la decisiones que has tomado eran las mejores que has podido tomar. Todos los pasos eran correctos. Yo vengo a darte las gracias y acompañarte como un amigo. ¡Disfruta de la luz de las estrellas! ¡Disfruta de ese inmenso paisaje! ¡Camina conmigo y solo siente!” S. suspiró y no derramó ninguna lágrima más. Cogió el aire fresco y deleitó su mirada con el paisaje. Caminó en silencio al lado del Dragón Blanco hacia el norte. Hacia su estrella.

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