
Después de pedir permiso para abrir canal de comunicación vi a Julia y sus
seres queridos en un parque de atracciones. Justamente salían de la montaña
rusa. A Júlia la veía muy animada y contenta. Con ganas de subir otra vez. En
ese momento no pude conseguir avanzar la comunicación que me sorprendió porque
la primera imagen vino al instante. Me di cuenta que había
como otra imagen como de fondo. La Júlia delicada como un hada. Todo cambió. Vi
a Júlia que sostenía dos imágenes suyas como si fueran dos pelotas. Una de esa
bella y tranquila hada y otra que me parecía una guerrera vikinga. Empezó a
hacer malabares con esas dos facetas suyas. Lo hacía cada vez más rápido hasta
llegar a tanta velocidad que no la podía ver. Se creaba un escudo en movimiento
que la tapaba. Se activó la energía del Ojo de Tigre. Se acercó a ella y puso
la mano en su hombro. Le dijo: “Somos muy parecidos. Yo también conjugo dos
energías, la del Sol y la de la Tierra. Te ayudo a que puedas expresar quien
eres sin crear confusión. Primero tienes que rebajar la velocidad. Es lo que
hace que no se te ve de verdad. Imagina que esas dos facetas tuyas no es lo que
debes mostrar sino que son tus fuerzas desde las que debes crear. Deja de hacer
malabares!” Vi a Júlia sentada con las manos ligeramente estiradas, con las
palmas hacia arriba. Esas dos imágenes suyas flotaban por encima de ellas como
dos esferas luminosas. Proyectaban la energía hacia las manos que la recibían y
la dirigían a todas sus células. Todo el cuerpo de Júlia se nutría de esas dos
energías suyas. Sentí calma y tranquilidad que la llenaba. Luego vi a Júlia
rodeada por el símbolo de Semilla de la
Vida que todavía más reforzó la sensación del equilibrio y serenidad. En ese
momento sus dos facetas en lugar de crear confusión la sostenían rodeándola con
un aire de poderosa magia.
Me centré en la Piedra Sol que me parecía muy
calladita. La imagen cambió. Me pareció ver a Júlia en una casa muy antigua,
abandonada, llena de polvo. Todas las ventanas estaban cerradas y tapadas por
eso todo estaba a oscuras. Júlia andaba por un pasillo sosteniendo en la mano
una pequeña lamparista que simbolizaba la energía de Piedra Sol y miraba las
antiguas fotografiaras que estaban colgadas en las paredes. Oí la voz del
mineral que se dirigía a ella: “Esta casa es tu pasado. Necesitas poner más luz
en ella. Mira el colgante. No por casualidad tiene esta forma. Quien eres hora representa el Ojo de Tigre y
Semilla de la vida. De allí sale un
pilar. Este pilar te puedo ayudar a sostener yo. Y es tu pasado. Soy luz del
Sol. Abre las ventanas de la casa de tu pasado. Pon la luz dorada de amor
incondicional y sabiduría. Limpia polvo de los viejos libros que guardan
historias antiguas. Disfruta de lo que te pertenece. Esa casa es tu herencia.
No la abandones porque te faltaran cimientos para crear tu casa de ahora.”