
Después
de pedir permiso para abrir canal de comunicación vi a Marisa como a un
ángel entre las nubes. Estaba por encima de ellas donde se veía
claramente la luz del sol. La imagen era muy estática. Marisa tenía los
ojos cerrados, sintiendo la luz del sol en todo su cuerpo. Tenía las
alas grandes, preciosas. Su aspecto impresionaba. Pero pasaba el tiempo y
no veía yo ningún movimiento. Me
pareció sentir el Cuarzo Citrino que se presentó como a un hombre. Se
puso enfrente de Marisa , la cogió de brazos y sacudió. Tal como se hace
a veces para despertar a alguien. Ella abrió los ojos. El hombre Cuarzo
Citrino le miraba sin decir nada. Marisa no pudo aguantar ese silencio y
preguntó simplemente: “Que?” El Hombre Citrino resopló un poco
impaciente y dijo: “Lo mismo pregunto. Qué?” Marisa estaba
desconcertada. No tenía ni idea que esperaba el Hombre Citrino. El
siguió: “Qué haces aquí? Me parece que allí abajo te espera la vida.”
Marisa – ángel miró abajo con la cara que expresaba pocas ganas de
bajar. Citrino la advirtió: “No desprecies la vida.” Marisa resopló:
“Allí abajo no me espera la vida! Aquí estoy bien.” La cara del Hombre
Citrino se hizo muy seria. Dijo lentamente acercándose un poco a Marisa:
”Quieres decir que desprecias la creación del Dios que está abajo?” Eso
asustó a Marisa. Era como un sacrilegio y ella no se daba cuenta de eso
hasta ese momento. Cogió el aire como si quisiera decir algo pero solo
resopló otra vez. El Citrino continuó: “Allí abajo te espera la vida. La
vida que has elegido para experimentar. Por favor, no pierdas tiempo
aquí arriba.” Apareció la cuerda de color del granate. La perspectiva
era un poco surrealista. Aunque Marisa bajaba todo tenía el aspecto como
si subiera por la cuerda. Tenía que esforzarse un poco como luchando
contra la fuerza de gravedad. Al principio no estaba muy convencida pero
finalmente se entregó por completo a ese descenso. Cuando llegó a la
Tierra y la tocó, de repente cayó, la imagen cobró la perspectiva
habitual donde la tierra estaba abajo. Desaparecieron las alas de
Marisa. Se sentó resignada y dijo refunfuñando: “Lo sabía!” Otra vez el
Hombre Citrino estaba enfrente de ella mirándole a los ojos. Dijo: “Te
falta pasión por la vida. Mira a tu alrededor. Recuerdas cómo estaba
arriba? Qué color veías?” Marisa pensó y dijo: “Solo el precioso
dorado.” Citrino preguntó que colores veía en ese momento. Marisa miró
la Tierra como si la viera por primera vez. Se dio cuenta que la
rodeaban muchos colores, que era imposible decir cuántos… Citrino
siguió: “Qué sentías arriba? Marisa cerró los ojos… “Sentía el
profundo amor del Padre.” “Y qué sientes Ahora.” Otra vez Marisa se
sorprendió. Era tan profundo su anhelo de volver arriba que ni se
preguntaba que sentía… Otra vez cerró los ojos y dijo: “Siento el
profundo amor de la Madre.” Citrino continuó: “Vez que hay mucha vida
aquí! Es muy diferente pero no la desprecies solo por ser distinta.
Por alguna razón tu alma desea estar aquí. Pero no te das la oportunidad
a ti misma de disfrutar de lo que te rodea. Te falta pasión por la
vida.” La energía del Cuarzo Rosa se colocó primero en los ojos. Pensé
que le ponía las gafas rosadas a Marisa pero era más bien el acto de
lavarle los ojos para que pudiera ver lo bonita que era la Tierra. Luego
la sentí en su cerebelo, para armonizar la información que estaba
guardada allí. Al final todo su bajo vientre se llenó de la amorosa
energiza de Cuarzo Rosa. Abarcando los tres primeras chacras hacia una
abertura hacia la Tierra y todos los aspectos terrestres de esa
encarnación. El Hombre Citrino continuó: “Tienes el libre albedrío. Por
un lado lo utilizaste para encarnar en esa preciosa Tierra pero ahora lo
utilizas para negar su belleza. Sobre todo vive! Disfruta de los
sabores, disfruta de tu vista, disfruta del tacto, disfruta del oído.
Utiliza todos tus sentidos para dar sentido a tu vida. Céntrate en eso.
Así podrás llevar el Cielo a la Tierra. Tienes la preciosa luz dorada
dentro de ti. Ahora utiliza la cuerda del Granate para aterrizar y
Cuarzo Rosa para quitar los velos que no te dejan sentir pasión por la
Vida.”
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