Zarzamora

Después de pedir permiso para abrir canal de comunicación vi a Ela como a una Zarzamora. Me sorprendió la imagen todavía más cuando me di cuenta que estaba en un escenario. La planta de Zarzamora en el escenario y el público mirándola. La miraban y cada uno daba su opinión. Uno decía que era un manzano, otro que un peral. Hasta llegaron a decir que era una palmera. Ela en el escenario repetía en voz baja: “Soy una Zarzamora.” Me acerqué a ella y pregunté: “Por qué piensas que eres una Zarzamora? Y Ela me dijo: “Porque tengo espinas. No grandes pero las tengo y no caigo a la gente bien.” Nada más decirlo apareció la energía de Cuarzo Ahumado. Se colocó en su corazón y le dijo: “No tienes que caer bien ni mal a nadie. Tienes que caer bien a ti. No sé si eres Zarzamora. Me da igual. Yo te veo a ti. A una mujer preciosa. Te veo con todos tu retos. Necesitas agua y nutrirte, para dar buenos frutos. Necesitas sentirte segura para que tus espinas en lugar de hacer daño, se conviertan en un refugio para otros seres vivos. Tienes que valorarte para ver la belleza de todos los nudos infinitos que hacen tus ramas. Y tienes que amarte para ser tú.”
A través del Cuarzo Turmalinado empezó a vibrar y conectar con Ela, Morgana. Con su pelo negro y piel blanca se unió con la piedra para trasmitir a Ela su mensaje: “Te susurraré al oído porque te entiendo perfectamente. Se me vio muy diferente a lo quien era de verdad. A mí también me juzgaron. Y pienso que mi problema y error fue que me juzgué también. Solo por ser quien soy. A través de estas piedras te doy mis plumas de cuervo. Las plumas negras que te ayudarán ahuyentar a tus propios demonios. No es importante que dice y que opina la gente sobre ti. Con mis plumas negras aléjalo de ti! Siente quien eres de verdad y vive según tus reglas. Entendiendo tus dones tanto como tus limitaciones. Ámate tal como eres! Porque eres el único juez que te puede condenar a la cadena perpetua de la mentira, del disfraz, de una máscara debajo de la cual, tarde o temprano, te perderás. Te animo y siempre animaré a que ames quien eres. Es tu propia salvación.”
Me pareció ver otra vez a Ela como a la Zarzamora. Pero esta vez no estaba en un teatro. Crecía tranquilamente en un bosque. Llena de frutos sabrosos. Llena del zumbido de los insectos y pájaros que hacían nidos en ella. Tranquila y orgullos de ser una Zarzamora.
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