
Esta comunicación habla de los recuerdos y de estar presente Aquí y Ahora. Os apetece leerla?
Después de pedir permiso para abrir canal de comunicación me pareció
ver una jungla con sus exuberantes plantas pero todo era de color
violeta de Amatista. Sentí que eran los recuerdos de M. relacionados
con el pasado. Pensé o mejor dicho lo pregunté a Amatista: “Pero eso no
es real. Por qué todo tiñes de color
violeta.” Y Amatista respondió:” De verdad, ningún recuerdo no es real.
Cuando pasa el tiempo los contornos se borran y llenamos todo de
nostalgia u otros sentimientos que nos alejan de lo real que vivimos.
Para M. es necesario conectar y no olvidar toda esa parte de su vida.
Tiene que recordarlo de manera que le haga posible integrarlo a si vida
de ahora. Mi energía hace posible que la sabiduría que emana de los
recuerdos de M. pueda adaptarse perfectamente a su presente. Lo
necesita. Solo así podrá mostrar quien es de verdad, su verdadero
potencial.” En ese momento vi a M. llenándose del precioso color
violeta. De esas plantas violetas. Sentí los caminos recorridos por ella
que creaban paisajes violetos. Todo entraba en su cuerpo de una manera
muy armoniosa, y suave. Su cuerpo empezó a transformarse. La vi como a
un colibrí violeta. Era muy grande, del tamaño de una persona. Era
maravilloso.
En ese momento sentí la energía del Jade. Dijo: “El
colibrí es precio y muy mágico. Pero al mismo tiempo es muy vulnerable.
Sobre todo tiene que alimentarse bien. Y lo que le alimenta a M.
-colibrí es “su vida ahora”. Todo lo que la rodea. Es necesario que
aprenda a nutrirse conscientemente de la magia del presente. Se activó
la energía del Jade recogiendo a la energía de la Amatista que brillaba
desde el interior de M. Y empezó la magia. Vi a M. creando el precioso
jardín en el lugar donde trabaja. Sus pasos, sus gestos creaban vida.
Luego la vi cerrando la puerta e irse a casa. Con cada paso, desde
debajo de sus pies salían flores, y plantas. Era maravilloso. Y cuando
la perdí de vista seguían visibles sus huellas llenas de plantas
preciosas.
Al final vino la energía de una diosa. Yo no la reconocí.
Bendijo al colgante pero era como si de verdad bendecía a M. Porque M.
ya se había convirtió en el mágico colibrí violeta bien anclado en la
tierra y presente, haciendo magia gracias a su sabiduría ancestral y a
la conexión con lo que la rodea Aquí y Ahora.
Si deseas que
vaya en busca de los minerales que resuenan con tus necesidades o te
apetece conocer el mensaje de alguna piedra, escríbeme.