Mírate!

Después de pedir permiso para abrir un canal de comunicación vi a L. enfrente de un tocador. Era un mueble antiguo. Ella estaba peinándose con un cepillo precioso contemplando su reflejo en el espejo. Sentía su esencia profundamente inocente, confiada, ingenua y alegre. Con ganas de conocer el mundo. Pero poco a poco, aunque imagen no había cambiado nada, en el interior de L. empezó a crecerla sensación de incertidumbre. Como si se diera cuenta de que el mundo no era lo que esperaba. Con cada movimiento del peine y los minutos que pasaban se sentía cada vez más asustada e insegura. Finalmente me pareció ver como estaba creando una frontera entre ella y el mundo. Un muro para protegerse. Estaba tan centrada en poner límites al mundo exterior que dejó de verse a sí misma. Me parecía que su plexo solar estaba cada vez más cerrado. Se activó la energía de Rodonita y se situó justo en ese centro energético. Dijo a L: “El mundo es cruel. Es ilógico. Es violento. No puedes cambiarlo.” Esas palabras hicieron que L. casi rompió a llorar. Su primer impulso fue seguir creando ese muro pero la Rodonita la paró. Le puso manos en los hombros y le miró a los ojos diciendo: “No pasa nada que para algunos el mundo es así. Lo necesitan experimentar de esta manera. Lo sostienen violento y cruel porque esa es su elección. Pero si vuelves a verte a ti misma sabrás que tú no lo necesitas vivir de ese modo. ¡No mires fuera! Mira dentro de ti!” Veía a Laura y a la energía de Rodonita al lado del muro pero en ese momento le dieron la espalda. L.se vio otra vez a si misma. Vio su esencia inocente. Rodonita continuó: “Tu fortaleza está dentro de ti. No puedes cambiar el mundo. Pero puedes crear tu mundo desde tu luz.” Me pareció oír a L. susurrando: “Pero entonces estaré sola.” Era más una pregunta que una afirmación. Rodonita respondió: “Todo es posible pero si cedes tu verdad, tu poder para complacer el mundo externo perderás tanto que te perderás a ti misma. Y eso sí que es soledad. Mírate! Mira qué maravilloso ser eres! Cuando te veas de verdad, no estarás nunca sola. Te tendrás a ti misma.” La imagen cambió. Sentí la energía de Ágata. La percibía como un lago. La parte más oscura eran las orillas. Y allí estaba sentada L. Contemplaba el precioso lago. Las cañas susurraban una preciosa melodía. Me di cuenta de que Ágata intentaba mostrar a L. lo mismo que Rodonita sino que con otra imagen. El precioso lago era ella. El paisaje que rodeaba el lago podría ser bonito o no. Eso no tenía importancia si mirabas el lago. Tan lleno de vida. Tan complejo con su fauna y flora. Tan lleno de apasionantes historias. Su lago le daba fuerza.
Al final las dos piedras hicieron la limpieza de los contornos de L. alejando influencias indeseadas. Mi sensación era que le querían dar el sostén para que ella pudiera centrarse en el trabajo de ver quien era de verdad y apreciar su maravillosa e inocente esencia.

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