El telar

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Después de pedir permiso para abrir canal de comunicación vi a E. con unos auriculares gigantescos. A mi lado estaban las energías de los tres minerales. E. sonrió muy contenta y gritó tal como lo hacen las personas que están escuchando algo por auriculares y creen que no se les oye: “Estoy muy contenta de veros.” Los minerales se miraron uno al otro sin decir nada. Sabían que E. con esos súper auriculares encima no les iba a escuchar. Viendo sus caras E. se dio cuenta de lo que pasaba y los quitó. Estábamos en su cocina y ella comenzó a preparar una merienda para todos. Estaba contando algo pero su voz poco a poco iba desapareciendo hasta no poder oír nada de nada de lo que decía. Ella ni se dio cuenta de eso. Seguía hablando. Los minerales se miraron otra vez uno al otro y se sentaron alrededor de una mesa. Rodonita pregunto: “Chicos, qué hacemos? Así no vamos a conseguir nada. Hay que ayudarle a salir de ese bucle. Ayudarle a entender la diferencia entre escuchar y oír, entre comunicarse y hacer ruido.” Los tres minerales vieron la vida de E. como a una tela en un telar antiguo que había aparecido en la mesa. Todos los hilos estaban entrelazados, con muchos nudos. Los colores eran muy bonitos pero no seguían ningún diseño en concreto. Incluso parecía difícil continuar tejiendo porque todo estaba en un gran desorden. Los minerales estaban debatiendo cómo ayudar a E. y poco a poco trazaron un plan de rescate para su tejido. Al principio actuó Cuarzo Rosa. Dijo: “Yo reforzaré el hilo conductor de su vida. Que es ni más ni menos su alma.” En ese momento me pareció ver a E. en un bosque de abedules. Me sorprendió esa imagen porque no son los árboles comunes por aquí. Había mucha niebla blanca que envolvía muchos troncos blancos con sus características rayas negras. E. estaba muy emocionada. Le encantaba ese espacio pero al mismo tiempo se sentía un poco perdida porque no sabía a dónde dirigirse. La energía del Cuarzo Rosa susurró a su oído: “No hace falta que vayas a ningún sitio! Solo abraza a uno de los abedules! El abedul de tu alma. Mi energía junto con la suya estará en tu timo para que puedas renovar tu energía. Empieza de nuevo. Empieza desde la solidez, belleza y frescura de tu alma! Vuelve a ti! Vuelva a tus inicios!” E. abrazó un esbelto árbol. Miró su blanca corteza y luego con templó sus finas hojas del verde clarito. Sonrió y guardó silencio sabiendo que estaba en el templo de su alma. Otra vez percibí la imagen de las tres piedras alrededor de la mesa con el telar encima. “Ahora nuestro turno” dijo Rodonita mirando a Sodalita. A ver –continuó-mira E., yo te ayudaré a discernir. A elegir qué hilos son importantes y cuáles no. No es necesario que todo lo que te llega forme parte de tu vida. Hay hilos que no necesitas. Hay hilos que hace falta cortar. Para saber cuáles son tienes que utilizar tu corazón. Él te guiará. Y yo te conecto con tu corazón.” Su energía se situó en el corazón de E. En ese momento sentí la energía de Sodalita que envolvió todo su cuerpo. Dijo: “Yo te doy la destreza en hilar. Mira, es como si Rodonita te dijera “qué” y  yo “cómo”. Por eso vibraré en tu cuerpo físico y en tu cuerpo mental. Cuando sientas que el caos empieza a dominar en tu vida, cuando las situaciones empiezan a superarte coge ese colgante! Primero conecta con el Cuarzo Rosa y tu abedul para volver a ti, volver  a la vibración pura de tu corazón. Luego conecta con Rodonita para discernir qué enseñanza lleva la situación y elegir si la integras o simplemente con la fuerza de tu corazón le cierras la entrada a tu vida. Si la aceptas conecta conmigo y juntos encontraremos la manera de introducirla como un hilo a tu vida. Así crearás un tejido precioso. El tejido que será la obra maestra de tu vida.”
Si deseas conocer el mensaje de algún mineral y recibir su sanación, escríbeme!

La Estrella Polar

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La primera imagen me impactó. Vi a S. enfrente de una pared blanca. Daba golpes contra esa pared con la cabeza. Cada vez más fuerte. Cada vez más desesperada. La pared se hizo roja de su sangre. A su lado apareció la energía de Sodalita. Puso la mano en su hombro. Ella dejó de dar golpes y miró sus manos llenas de sangre que caía de su cabeza. S. quería decir que estaba muy cansada pero no dijo nada. Sodalita también guardó silencio. Se sentaron en el suelo. La energía de la piedra envolvió a S. Estaban sentadas así un buen rato como si S. necesitara mucha energía para recuperarse. Finalmente Sodalita comenzó a hablar: “Ves tu vulnerabilidad como algo que hace falta vencer. Que hace falta superar. De esta manera siempre estarás enfrente de una pared irrompible. Tu vulnerabilidad no es ni buena ni mala. Simplemente es. Como la vida no es ni buena ni mala simplemente es. Vive tu vulnerabilidad como algo natural. ¡No la juzgues! ¡No intentes entenderla! Solo vívela! Forma parte de ti. Si miras tu mano, no te haces la pregunta porque la tienes, ¿verdad? Simplemente la utilizas. Con tu vulnerabilidad pasa lo mismo. Es la fuente de quien eres. La verdad es que no existe ninguna pared. Solo eres tú.” La energía de la piedra fluía a través de todo el cuerpo de S. que de repente se dio cuenta de que estaba nadando en el universo sin limitaciones. Sin barreras. Solo era ella y millones de estrellas. Sintió en su frente una estrella. Era la energía de Piedra Luna que se colocó allí. Y desde su frente proyectaba su luz al universo. S. vio que estaba caminando, por la noche bajo el cielo estrellado. Enfrente de ella brillaba la Estrella Polar. S. oyó la voz del mineral: “Te doy el norte. Te mostraré el camino. Pero lo que tienes que entender que de verdad no soy yo quien te muestra el camino sino eres tú misma. Te puedes guiar a ti misma si te permites entender que eres una estrella que brilla.” S. seguía la luz de la Estrella Polar recuperando la calma y tranquilidad. El aire era fresco y ella con cada paso disfrutaba más. Su mente poco a poco se calmó y ese dolor que sentía de difuminó. De repente vio un ser que se acercaba volando. Supe que era la energía que se manifestaba a través del Cuarzo. Era el Dragón Blanco. Aterrizó al lado de S. Ella al verlo se emocionó y otra vez sintió el dolor. Empezó a llorar disculpándose por haber fracasado. El Dragón Blanco meneó la caza y dijo: “No entiendo porque te castigas tanto. Es muy humano, muchos lo hacéis. Pero no tiene sentido. Todo lo que has hecho era perfecto. Todas la decisiones que has tomado eran las mejores que has podido tomar. Todos los pasos eran correctos. Yo vengo a darte las gracias y acompañarte como un amigo. ¡Disfruta de la luz de las estrellas! ¡Disfruta de ese inmenso paisaje! ¡Camina conmigo y solo siente!” S. suspiró y no derramó ninguna lágrima más. Cogió el aire fresco y deleitó su mirada con el paisaje. Caminó en silencio al lado del Dragón Blanco hacia el norte. Hacia su estrella.

El profesor

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Después de pedir permiso para abrir el canal de comunicación vi a V. en una aula vacía. Estaba sentado en un escritorio del profesor rellenando algunos impresos. Muy concentrado en su trabajo ni se dio cuenta que desde su sombra empezaron a salir sus miedos, inseguridades, dudas etcétera. Todo lo que no quería reconocer de sí mismo. Tenían aspecto de unos alumnos gamberros. Se sentaban en los pupitres mirando al V. fijamente. Pero ese ni levantó la cabeza. Finalmente empezaron a hacer ruido, decir unos comentarios poco amables y tirarle las bolas de papel para llamar su atención. V.se levantó furioso obligándoles a gritos que se callaran y respetaran su autoridad. Pero eso solo hizo la situación más tensa. Uno de sus alumnos se acercó a él con cara de poco amigo. En ese momento se activó la energía de Cuarzo Ahumado. Me pareció ver como su energía envolvía toda esa situación, toda la clase. El espacio se hizo mucho más grande alejando a V. profe severo de su alumno rebelde. Cuarzo Ahumado dijo a V.: “No te das cuenta de que ese rebelde y mal educado niñato eres tú mismo, verdad?” V. respondió enfadado: “Que va!!!!! Yo no soy así. No sé de qué me estás hablando.” Cuarzo Ahumado con mucha paz continuó: “Quizás me haya expresado mal. No es que seas tú. Es una parte tuya que no reconoces pero existe. De verdad el profe severo y el alumno gamberro es la misma energía expresada en sus extremos. Ni uno ni el otro eres tú de verdad. Te quiero acompañar en el camino hacia tu centro. Ven conmigo!” La esfera de Cuarzo Ahumado cada vez se hacía más pequeña y la distancia entre el V. profe y V. alumno disminuía también. Los dos se transformaban y cuando V. sintió la energía del Cuarzo Ahumado en su corazón se dio cuenta de que estaba de pie apoyado al escritorio mirando a sus alumnos que estudiaban en silencio. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Susurró al Cuarzo Ahumado: “Me da vergüenza llorar.” Y ese le respondió: “No te da vergüenza llorar. Te da vergüenza reconocer que eres un maestro demasiado severo contigo mismo. Te da vergüenza reconocer tu vulnerabilidad. Pero la verdad es que sentirla te da tanta satisfacción que tus ojos se llenan de lágrimas de emoción. Cuando ves tus miedos rebeldes con los ojos del maestro sabio y comprensivo se convierten en los alumnos aplicados. Y eso te emociona. No tengas vergüenza de tus emociones.” Sentí al lado de V. la energía de Jade. Le llenó de la energía verde de la sabiduría templada y tranquila. V. de verdad disfrutaba de estar en su aula donde observaba con compasión a sus alumnos que habían salido de su sombra para aprender y gracias a su acto de valentía de verse vulnerable y sensible lo estaban consiguiendo. Jade parecía darle palmaditas de aprobación en la espalda y abrazarle para que se permitiera, de verdad, sentirse a gusto con las emociones que le invadían.

Linaje

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Todas las imágenes de esta comunicación estaban bañadas en la luz decolor violeta. Como si todo se filtrara a través de la energía de Amatista. Lo primero que sentí era la presión en la garganta y la sensación que de alguna manera eso estaba relacionado con algún asunto familiar. Me pareció ver a través de los ojos de M.Tenía las manos extinguidas mirando dos imágenes suyas encima de ellas. Eran dos M. diminutas, luchando una contra la otra. Tenían el aspecto del Antiguo Egipto, de suma belleza pero al mismo tiempo se sentía que la lucha era real y se trataba de matar. Oí la voz de Amatista a modo de explicación: “Dentro de  M. existe una lucha. Como si sus pensamientos se rechazaban uno al otro. Pero al mismo tiempo cada uno de ellos tiene su razón, lógica y verdad.” La imagen cambió. Vi enfrente de M, a la altura de su cuello una larga fila de mujeres. Se veía la cara solo de la primera. Tenía una expresión muy seria. En sus manos llevaba una cinta de color violeta. Mirando seriamente a los ojos de M. puso esa cinta en su cuello e hizo un lazo apretándole mucho. Mi primera intención fue pedir permiso para deshacer ese lazo para que M. pudiera respirar pero la Amatista dijo: “Si la obligas a hacer eso,es como si no lo hiciera. Es ella la que tiene que deshacerlo. Y todavía ni siquiera lo quiere porque no se da cuenta que puede hacerlo.”La energía de Amatista se expandió. Sentí el código Unión Sagrada con su espiral muy marcada a la altura del timo. La luz violeta iluminó el bajo vientre de M. Me pareció ver a ella encadenada. Tenía una mano sujeta a uno de sus ovarios y la otra en el otro. Se parecía a Jesús en la cruz. Gritaba desesperada.Amatista continuó: “Dentro de ella hay una lucha, hay un dolor. Pero cuántos se dan cuenta de ello? Siempre tan bien educada.Siempre tan correcta. Siempre mostrando solo su sonrisa.” Y se dirigió directamente a M. mirándola profundamente en los ojos:“Deja de intentar sanar todo! Y si te digo que te haría bien mandar a la mierda tu linaje? Tanto hurgar en las heridas… Y dónde estás tú? Manda todo a la mierda… Verás que gusto te dará eso…” M. sonrió al escuchar esas palabras tan poco educadas. Amatista le dio una cinta muy parecida a la que estaba atada en su cuello. Se deshicieron las cadenas y en ese momento M. y Amatista estaban sentadas en el espacio sagrado de su útero. M. miraba la cinta escuchando a la piedra. “Eres libre de hacer con ella lo que a ti te apetece! Úsala para recoger tu pelo rebelde o prepárate una pulsera o una tobillera. Crea una espiral con ella que ni tiene inicio ni final que es un símbolo de continuum de la experiencia. Ha llegado el tiempo de que te sientas libre de verdad! Ahora decide qué quieres hacer con la cinta que ata tu voz.” Vi otra vez a M. mirando la fila de mujeres. Aunque la cara de la primera mujer seguía muy seria sus ojos habían cambiado. Expresaban una atención intensa, llena de esperanza. M. deshizo el lazo y miró sus manos. Vio a las chicas luchando pero al final del combate empezaron a riese abrazándose como dos amigas que simplemente estaban entrenando juntas. Levantó la cabeza. Vio que las mujeres de la fila habían salido de ella. En ese momento pudo verlas, no se tapaban una a otra. Todas empezaron a aplaudir. La primera sonrió con lágrimas en los ojos y excusándose dijo: “Lo siento. Solo era una prueba.” Cada una de las mujeres se acercaba, abrazaba a M. y desaparecía. M. estaba muy emocionada. Amatista le dijo: “No será tan rápido pero puedes hacerlo. Solo tienes que mirarte a ti más. Reírte contigo misma más. Relajarte, deja de intentar ser perfecta porque ya lo eres.” Sentí otra vez el código Unión Sagrada. Percibí al lado de M. a María Magdalena. Sonrió a M. y preguntó: “ “Teapetece dar una vuelta conmigo. “Las dos empezaron a caminar. En paz y tranquilidad.
!!!! El código Unión Sagrada está canalizado por Ornai Pleyades y Kai Luz de Sirio de quantumholoforms.com y forma parte del sistema de los Códigos de la Diosa

La voz

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Después de pedir permiso para abrir un canal de comunicación me pareció ver a L. y a una niña. Estaban sentadas una enfrente de la otra. Las veía desde arriba. Detrás de L. percibí a muchas mujeres que creaban su linaje. Detrás de la niña estaban en fila Unicornios y Pegasos. Se activó la energía de Rodonita. Susurró a L.: “ Tu niña necesita el sonido. Necesita tu voz sincera y clara. Es lo que la va a anclar en esta Tierra.” Vi a L. tumbada. La energía de Rodonita estimulaba su chakra garganta para que se liberara de todo lo que ocultaba su voz. El impulso salía de L., era su necesidad de expresar su inocencia, su verdad. Luego lo recogía Rodonita formando una espiral rosada. Elevaba su voz y luego envolvía su barriguita como si fuera la manta de color rosa caliente y agradable. Rodonita continuó: “Tu bebe necesita tu voz. Da igual qué palabras le dirás. De verdad no necesita palabras concretas. Necesita tu sonido.Así percibirá tu vibración y se sentirá acogida. Además eso te hará responsable de expresar tu verdad. ¡No mientas nunca más!” La Imagen cambió. Me parecía ver a L. de edad doce quizás trece años. Estaba en su habitación. La energía de Cuarzo Ahumado tocó a la puerta. Entró y se sentó en la cama a su lado. L. estaba desconcertada. Parecía que la energía del Cuarzo Ahumado llevaba consigo la energía de la familia o de algún familiar en concreto. Aunque veía a L. como a una niña me parecía que percibía su energía de ahora que se sentía abandonada o mejor dicho decepcionada por cómo había actuado su familia. Una voz dijo muy suave: “No sabíamos hacerlo mejor.” Vi a L. adulta con la esfera de Cuarzo Ahumado en sus manos. Tenía ganas de llorar. Dijo:“Lo único que siento es vacío.” Miró a la esfera del Cuarzo Ahumado y entonces sintió en su interior la energía de la MadreTierra. Le envolvió ese mensaje: “Soy Gaia. Soy tu madre. Soy tu familia. Soy tú. No existe un agujero que no pudiera rellenar el amor que siento por ti. Necesitas sentirme. Necesitas sentir la vida en lugar del vacío porque ahora tú eres la madre. Si actúas desde tu vacío te desequilibrarás y usarás a tu niño para llenar tus carencias. Pero si entiendes que el vacío no existe porque yo, estoy contigo siempre, serás una madre abundante de amor, alegría y felicidad. Siénteme a través de ese mineral. Y ve la luz en la oscuridad.” Me pareció que a L. le fallaron las piernas pero sujetó el bastón de Cuarzo Transparente. Se levantó sintiendo su energía. Le cogió con fuerza. Le traspasó un rayo blanco y se le abrieron las alas. Sentí otra vez la voz de Gaia: “Tu expansión consiste en anclarte en la Tierra y abrir tus alas al mismo tiempo. Ya es la hora. Todo irá bien.”

Armageddon

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Después de pedir permiso para abrir canal de comunicación vi a T. en un tubo traslúcido muy estrecho. Fuera rugía un tornado. Llovía a cantaros. Las nubes estaban muy negras y parecían tocar la Tierra. Como en las películas, los coches y árboles estaban volando a causa del viento muy, muy fuerte. T. estaba de pie porque en el tubo no había casi espacio libre. Se oyó la voz de Jaspe Rojo que se presentó como un hombre joven con la cara burlona. Dijo con la sonrisita: “ No es para tanto, no crees?” T. le miró sorprendida. Parecía que la rodeaba Armageddon y él le decía “no es para tanto”?. Miró otra vez a su alrededor. Destrucción total. Jaspe Rojo subió las cejas y se acercó a ella preguntando: “Pero… de verdad crees que te rodea un huracán? Aquí? ¿Ahora? De verdad crees que es real?” T. empezó a dudar. Quizás Jaspe Rojo tuviera razón? Todo parecía un poco demasiado dramático. El mineral siguió: “ Y si solo te da miedo salir de aquí? ¡Sé sincera contigo misma, por favor! Aquí te sientes muy agobiada. La opresión es casi palpable. Piensa por qué no sales?” T. después de un largo silencio dijo con una voz muy baja: “Porque tengo miedo.” “De qué tienes miedo” insistió Jaspe “De estar sola” respondió Teresa con la voz casi inaudible. Jaspe Rojo la abrazó. Su actitud cambió. Era muy suave y cariñoso. Finalmente mirándole a los ojos dijo: “ Y no te das cuenta de que aquí, ya estás sola.” T. miró alrededor, sabía de Jaspe Rojo tenía razón. Asintió diciendo: “Cómo puedo abrir ese tubo? No veo ninguna puerta ni agujero.” La piedra susurró a su oído: “Con la fuerza de tu voz.” T. cerró los ojos. Sintió la energía de Jaspe Rojo en su garganta. Sintió como la llenaba de fuerza para que expresara lo que sentía de verdad. Abrió los ojos. El tubo ya no existía. La rodeaba un precioso prado lleno de flores y zumbido suave de los insectos. Nada del viento huracanado. T. tenía ganas de llorar dijo: “He perdido tanto tiempo.” El Jaspe Rojo movió la cabeza expresando que no estaba de acuerdo con ella y dijo: “No has podido llegar aquí antes! Todo tiene su momento y ritmo perfecto!!” Su energía se colocó en el bajo vientre de Teresa llenándola con la energía de pasión por la vida. Ella miró al Jaspe preguntando: “Pues, finalmente no hace falta que vaya a ninguna parte? Todo está tan bonito aquí.” Se sentó en la Tierra. La energía de Sodalita recorrió el mismo camino que la del Jaspe. Primero se colocó en la garganta diciendo: “A la fuerza del Jaspe Rojo yo añado la suavidad porque hace falta expresar siempre nuestra verdad pero es imprescindible hacerlo con mucho amor”. Luego se puso también en su bajo vientre y añadió: “ Te das cuenta de que el rojo y el azul juntos crean el violeta? El color alquímico, el color de sanación y transmutación. Vive de acuerdo de tu color, con la fuerza del rojo y templanza del azul creando nuevo color.” T. se tumbó en la tierra. Estaba feliz y tranquila. Sabía que estaba donde tenía que estar. Solo le hacía falta encontrar la fuerza de su voz para expresar su verdad y la alquimia de su cuerpo para sentirse parte de un todo.

Ser como un árbol

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Después de pedir permiso para abrir el canal de comunicación sentí gran espacio vacío, como un cráter oscuro dentro de S. Pero esa sensación duró muy poco porque inmediatamente apareció la energía de Sauce Llorón. Abrazó todo el ser de S con sus preciosas y delicadas ramitas. La acunó como hace la madre con un niño y llenó el espacio del gran agujero. Susurró a S.: “No puedes tapar ese agujero. Es imposible. Tienes que llenarlo con la vida. Reconocerlo y aceptarlo. Sé que no es fácil. Por eso te ayudo. Mi energía te acompañará en el viaje a tus profundidades. Porque forman parte de ti de manera como mis raíces forman parte de mí. Te daré mi mano y guiaré para que no te pierdas entre las emociones. Los humanos a veces pierden la perspectiva cuando las emociones los inundan. Pero hace falta vivirlas para poder integrarlas. Y en la integración se basa la sanación.” La amorosa y compasiva energía del Sauce Llorón se unió con la energía del Ámbar que también transmitió su mensaje: “Soy las lágrimas de un árbol. Eso me convierte en el maestro de la sanación emocional. Soy las lágrimas derramadas sin vergüenza, sin pena. Soy las lágrimas que aceptan las heridas y las llenan de luz. ¡No escondas tu dolor porque durará más! Mírame y siéntate como un árbol que sabe sanarse a si mismo. Con un simple hecho de aceptar que a veces la vida duele.”
Sentí la energía de Amatista que se colocó en el brazo izquierdo y la de Cuarzo Citrino que se puso en el derecho. Mi sensación fue que Amatista proyectaba la energía de transmutación hacia el pasado y Cuarzo Citrino daba el impulso de seguir adelante y afrontar los retos del futuro. Las dos piedras crearon un tipo del símbolo del infinito cuyo centro estaba en el corazón de S. Su energía fluía hacia varias líneas del tiempo pero poco a poco se centraba cada vez más en su cuerpo. Las dos piedras juntas dijeron al unísono: “No existe ninguna separación dentro de ti. Es una ilusión. Un resultado de la desconexión contigo misma. Abraza esa sensación porque fue necesaria en su momento para que pudieras sostener la realidad en la que te habías encontrado. Pero ahora ya no la necesitas. El pasado ya no volverá y el futuro todavía no está. Existes solo el momento presente en el que habita tu cuerpo. Imagina que eres un árbol. Nuestra energía corre como savia por tu tronco y tus ramas. Eres fuerte, eres estable. Tus raíces te sostienen. Tus ramas se expanden. Solo vuelve a ti. Dentro de ti, ahora mismo, palpita la vida que te llena entera.”

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Fiesta de disfraces

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Esta comunicación hice para una niña. Como siempre las piedras sabían adaptar el mensaje, incluso para los más pequeños.
Una estrellita volaba con gran velocidad entre las estrellas. Iba muy deprisa porque la esperaba una gran fiesta. La había invitado la Gran Madre Gaia. Pasaba entre las galaxias, nebulosas, agujeros negros, planetas. Aterrizó en la Tierra casi sin aliento. Al tocar el suelo se convirtió en una niña. Miró su vestido contenta. Pero al levantar la vista, de repente se percató que no conocía a nadie. Y se asustó. Todo le parecía demasiado grande, demasiado ruidoso. Le pareció que era la única que no conocía a nadie a causa de llegar tarde. Se sintió muy pequeña. Aterrorizada se escondió debajo de una mesa. Sentí que se había activado el Ojo de Tigre. Su energía actuó como un faro e hizo posible que la encontrara una gran y robusta mujer. En la mano tenía un plato con un trozo de torta de chocolate, con nata y frambuesas. Miró a los ojos de la niña y pidió: „Sal de allí! A mí, sí que me conoces!” La estrellita convertida en niña reconoció a la Gran Madre Gaia y recordó para que hubiera venido. Para pasárselo bien! La Gaia se sentó junto con ella. Le dio la torta y mientras la niña comía le dijo: “ Mira a tu alrededor! Es una fiesta de disfraces. Todos los que ves han venido a divertirse. Pero recuerda, ¡es la fiesta de disfraces! Por eso a veces llevan ropa de un fantasma o un monstruo. A veces son preciosas princesas, otra vez los valientes cowboys, indios intrépidos u ogros feroces. Pero todos, tal como tú. Son las chispas de luz que viajan por el universo. Y ahora han venido a mi fiesta.” La niña poco a poco se tranquilizó. Con la boca llena de sabrosísimo pastel estaba sorprendida que se había asustado tanto. La energía de Ojo de Tigre la acogía dándole seguridad que estaba bien acompañada.
La niña estrellita sintió la energía de Rodonita que le susurró al oído: “Puede pasar que algunos disfraces sean tan buenos que no podrás ver la verdadera luz de los seres que te rodean. Si pasa eso tócame! Yo te daré la capacidad de ver a través de las apariencias. Te daré la posibilidad de ver con amor. Porque es el amor que hace posible ver la verdadera naturaleza de los seres. Por más que se disfracen, si los observas a través de la lente de amor verás su luz.”
Se acercó a ella un pequeño poni. Pero cuando la niña lo miró a través de la Rodonita se dio cuenta de que era un pegacornio, es decir un unicornio con alas. Desprendía la luz arcoiris a su alrededor. Hizo una mueca a la niña diciendo: “Siempre cuando quieras estaré a tu lado.”
La energía de Rodonita rodeó a la niña entrelazándola con toda la creación. Con el maravilloso mundo creado por la Gaia solo para pasárselo bien.

Colores

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Después de pedir permiso para abrir canal de comunicación vi a N. meditando, con los ojos cerrados, en un campo al lado de un acantilado. Estaba vestida de blanco, con un turbante. De su espalda salían grandes alas pero parecían como si fueran dibujadas, un boceto hecho con lápiz. Como si a alguien se le hubiera olvidado pintarlas. N. en sus manos extendidas sostenía la energía de Piedra Luna. En una mano se colocó la energía de la parte blanca y en la otra la de las manchas oscuras. Sentía que era necesario que se reunieran. Pero N. se negaba a abrir los ojos y verlo. Piedra Luna me miró diciendo: “Tantos se perdieron en la oscuridad como en la luz.” Susurré: “Eso no vale, es una cita de un libro.” Porque efectivamente era la cita del libro Lemuria, recuerdo de las memorias ocultas escrito por Kai. La Piedra Luna me hizo un guiño. Y continuó: “Tiene que despertar. Y además tiene que despertarse a sí misma. No es el momento para mostrarle sus sombras. No es mi función. Pero le puedo dar la herramienta que le puede servir de despertador. Su propia voz.” La energía de Piedra Luna se colocó en la garganta de N. Inundó esa zona con su preciosa energía y continuó: “Sus palabras complacen a la gente. Incluso intenta complacerse a si misma. A esa imagen incompleta que tiene. Pero es el momento en que su voz debe expresar su verdadero ser. Contar a si misma todo lo que siente! Ser sincera y no tapar nada con silencios. Llega el momento de cantar su verdad al universo.” Me pareció ver a N. escribiendo las cartas a si misma, cantando desde su vientre y reconociendo la fuerza de las palabras verdaderamente sinceras, que no ocultan absolutamente nada. Otra vez la vi en el campo. Abrió los ojos y mezcló las energías que de Piedra Luna que sostenía en las manos. En ese momento sus alas empezaron a cobrar colores. Se hicieron todavía más grandes, y comenzaron a emanar todos los colores del arco iris.
La energía de Amatista llenó su útero. Impregnaba todas las células y poco a poco se expandía hacia los ovarios. No estaba segura si lo que trasmutaba eran las memorias de esa vida o de las otras pero la sensación mía fue, que allí en su cuerpo físico, en su bajo vientre, habían resguardadas las historias que en ese momento no le dejaban expresar libremente su propia luz. Poco a poco aunque su útero seguía de color violeta de Amatista su cuerpo empezó a brillar en varios preciosos colores. Era como si la Piedra Luna hacía posible que sean visibles los colores de sus alas y la Amatista de su cuerpo. Sentí el mensaje de Amatista: “N. es un ser de muchos colores. No puede limitarse solo a uno por lo más bonito que le parezca. Cuando lo hace da la espalda a su verdadero potencial. Es un ser arcoiris. Un ángel que se niega a decir “yo soy”. Que se niega a mostrar su grandeza. Desde su cuerpo fluye el manantial de colores. Su espíritu la abraza con sus alas opalescentes. Ahora solo toca que su mente lo acepte.”

Conjunto para M.

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Después de pedir permiso para abrir el canal de comunicación vi a un hombre calvo, un poco gordito. Llevaba una túnica blanca y miraba las estrellas. Pensé que era un recuerdo de una encarnación de M. del Egipto pero entonces miré las estrellas y me di cuenta que no estaba en la Tierra. Ese hombre estaba bajo el cielo estrellado de Orión. Miraba las estrellas. Tuve la sensación de que su mirada llegaba a través del espacio hacia la Tierra. Hacía un tiempo en concreto, cuando M. vivía en Antiguo Egipto. Sentí la necesidad de buscar una piedra más, a parte del conjunto, para que M. pudiera llevarla consigo y recuperar poco a poco su conexión con Orión. La conexión con los constructores de pirámides, las pirámides de forma de octaedro, tal como se los había creado hace unas eras. Gracias a la energía del cristal se estableció un circuito en forma de infinito entre ese hombre del Orión y M. para que los dos pudieran nutrirse uno a otro y evolucionar juntos.  Luego se activó la energía de Granate que se situó en el chakra de la garganta. La elección de ese chacra me sorprendió. Es la piedra que normalmente actúa en los chacras inferiores. Granate respondió a mis dudas: “Es que le doy peso de la verdad a sus palabras. Las palabras tienen la fuerza creadora. Quiero que la voz de M. exprese la verdad de la Tierra en la que vive. Por eso conecto su chacra garganta con la tierra.” Pensé que eso era muy bonito pero a veces podría ser demasiado “pesado”. Entonces vino la energía de Cianita para equilibrar el trabajo de Granate. Cianita facilitó a M. la conexión con elemento aire que le iba a aportar la frescura de la inspiración y nuevas ideas. Las dos piedras en perfecta armonía consiguieron que el chakra garganta de M. se quedara ni demasiado abierto ni demasiado cerrado. Gracias a los minerales empezó a funcionar en su óptimo estado.
Después me llamó la atención Azurita con Malaquita. Su energía empezó a palpitar suavemente, como expandiéndose y luego contrayéndose. Al fijar mi vista en la piedra me di cuenta de que se había convertido en un huevo del dragón. M. con su energía femenina y masculina hizo nacer al dragoncito. Era precios. Con las escamas de color azul y verde. Aunque todavía era pequeño parecía tener muy clara su misión. Dijo a M.: “Mi energía te ayudará a que tus proyectos funcionen. Te conecto con tu energía femenina para crear y adaptarse y con la energía masculina para actuar.”
Sentí la energía de Mookaita que se colocó en la articulación de la cadera. La sentí como si hubiera dado sostén necesario para avanzar, para andar segura de cada paso. En ese momento sentí la energía del Cuarzo Citrino. Aprovechando el empuje de Mookaita desde la cadera, Cuarzo Citrino estiró a M. desde el plexo polar. Susurró:” Hay muchos recuerdos e historias que puedes observar mirando tu pasado. Pero es la hora de dejarlas pasar y apostar por el futuro. Mira adelante y avanza hacia el sol!”
Observé los dos minerales restantes, Piedra Sol y Ojo de tigre. Al principio los percibí en las manos de M. como unas esferas. Pero luego me parecieron ser dos hadas. Bueno más bien tenían el aspecto de las diosas griegas. Cada una con un peinado refinado y las túnicas largas de colores de sus piedras. Dijeron al unísono: “Nosotras te enseñamos a encontrar el imprescindible equilibrio entre dar y recibir. Expresamos también la ley de Causa Efecto. Lo que siembras recibes. Por eso si das mucho sin respetar tus necesidades, lo que vas a recibir será la falta del respeto. Pero estamos aquí justo para que disfrutes tanto de sembrar como de recoger los frutos,” Durante bastante tiempo las energía fluían desde las manos de M. enseñándole a disfrutar dando y recibiendo y a actuar desde la ley de Causa Efecto.